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FIESTA DE LA ASUNCIÓN EN PAGNO |
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Pagno, Casa de Formación “Asunción de María”
Solemnidad de la Asunción, 15 de agosto 2023
“Un gran signo apareció en el cielo, una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y, sobre la cabeza, una corona de doce estrellas”
El día de la Asunción de María al Cielo vivimos una bellísima jornada en Pagno. Las Hermanas Misioneras de la Resurrección desearon, también este año, festejar el aniversario de su casa “Asunción de María”, junto a las chicas de las casas femeninas cercanas ya las esposas de la Comunidad. ¡Qué bello saber que nuestra Madre Elvira descansa allí, en la capillita junto a su casa, y que desde el Cielo podía participar con la Virgen de su gloriosa Asunción!
Fuimos recibidas en la alegría con cantos y danzas de la Comunidad y en seguida, nos pusimos en oración frente a Jesús Eucaristía, rezando los misterios de la Gloria. La Santa Misa fue intensa y emocionada. Don Stefano recordaba que en el año 1999, en este día y en este lugar, se presentaron las primeras mujeres que sentían la llamada a la vida consagrada, un deseo nacido en su corazón, hacia la vida fecunda de sor Elvira y de sor Aurelia: “Nuestra Madre recibió lo que le proponía el Espíritu Santo. Así se abrió una puerta por la que pasaron muchas vidas y quién sabe cuántas más pasarán.”
Don Stefano nos recordaba que “esta fiesta es como una luz para comprender que lo que le sucedió a María nos sucederá también a nosotros. Nada de nuestra vida se desperdicia en Dios, Él salva todo en nosotros, todo será transfigurado.” Y siguió: “En la mirada de nuestra madre, que antes de ir al cielo abrió sus ojos de par en par, mirando a ustedes, sus hijos e hijas, en esa mirada pasó todo el tiempo porque Dios no tiene temporalidad, para Él el Hoy es todo. Nos puso en el corazón el deseo de llegar arriba. Bendita tú, madre, que has creído, como Isabel le dice a María.”
Al terminar la Misa,adas sor Paola, sor Alexandra, sor Brighita y sor Mely, llegadas del África para estar junto a Madre Elvira en sus últimas horas de vida, nos
dieron testimonio y nos agradecieron antes de regresar a Liberia. Fue un momento conmovedor y de comunión, que nos hizo sentir como una única familia aunque estemos lejos físicamente. Invocamos el Espíritu Santo sobre ellas en la capillita donde descansa la Madre, para que las acompañe en su viaje y en su camino de vida. Las hermanas, todas en la capillita, nos cantaron un canto que han escrito para Madre Elvira, y mientras ellas cantaban fuimos entrando, en pequeños grupos a rezar sobre la tumba, encomendándole en silencio lo que teníamos en el corazón.
Las hermanas también pensaron en el almuerzo y nos ofrecieron con mucho cuidado y amor la comida que habían preparado para nosotros y que gustamos en el bellísimo jardín delantero. Un buen momento para compartir y hacer amistad entre nosotras.
Luego surgieron testimonios espontáneos sobre cómo vivimos las semanas de oración y de visitas a Madre Elvira, después el día de su funeral y la procesión para saludarla y llevarla a Pagno. Mucho asombro porque cada una se sintió amada y conocida personalmente por ella, con su mirada atenta y presente durante las últimas visitas en su pequeña habitación, mucha gratitud en el corazón por haber podido verla, para muchas por primera vez, y acompañar espiritualmente en su paso a la vida eterna.
También escuchamos testimonios de las hermanas que están en la Comunidad hace años y tuvieron una relación personal con ella. Antonia, esposa y misionera en Bahía, contaba cómo madre Elvira fue guiando con sabiduría, la amistad con quien luego sería su esposo, del amor exigente que la Madre pedía pera que construyan la casa sobre la roca que es Dios.
Luego de los testimonios, rezamos la coronilla de la Misericordia y el acto de consagración a María, encomendándole nuestras vidas. Las hermanas nos invitaron a hacer varios juegos, en equipos, muy divertidos y creativos, que duraron toda la tarde. Una jornada llena y rica de amistad, oración y sana diversión.
Agradecemos a nuestras queridas hermanas porque nos recibieron con amor, gracias a la Virgen, que ha guiado todo, gracias a Madre Elvira, que hizo renacer nuestras vidas y por habernos regalado la gran familia del Cenacolo.
La familia del Cenacolo
