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TESTIMONIOS EN SAN LUIS - ARGENTINA |
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San Luis, 3 – 7 de MAYO 2022
TESTIMONIOS DE SAN LUIS EN EL MES DE MAYO.
HOLA SOY ALEJANDRO LOPEZ DE PARAGUAY, TENGO 26 AÑOS Y PERTENEZCO A LA FRATERNIDAD “NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN” DE ARGENTINA. QUISIERA COMENTAR LA EXPERIENCIA VIVIDA DE LOS TESTIMONIOS DADOS EN SAN LUIS DURANTE EL MES DE MAYO. DURANTE LOS MISMOS PUDE VER LO QUE LA COMUNIDAD HIZO EN MI VIDA, TAMBIÉN ME SENTÍ FELIZ AL PODER SER LUZ A LA HORA DE TRASMITIR VIDA A LOS CHICOS/AS QUE ME ESCUCHABAN ENCUENTRO TRAS ENCUENTRO. SUMADO A ESTO PUDE VER QUE SIN DIOS NADA SOY. HOY EN DÍA AGRADEZCO A LA COMUNIDAD POR HACERME VALORAR LO BELLA QUE ES LA VIDA. PUDE APRECIAR EN TODOS ESOS JOVENES CON LOS CUALES COMPARTÍ LO COMPLICADA QUE ES LA PROBLEMÁTICA DE LAS DROGAS EN EL DÍA A DÍA. DOY GRACIAS A LA VIDA POR TENER UNA MENTALIDAD LIMPIA Y ABIERTA QUE ME PERMITE DIARIAMENTE INTENTAR SER UN MEJOR HOMBRE A MEDIDA QUE EL TIEMPO PASA. GRACIAS MADRE ELVIRA POR TU INMENSO AMOR Y POR CREER EN CADA UNO DE NOSOTROS, GRACIAS POR EL DON DE LA COMUNIDAD EN MI VIDA Y POR LA VIDA DE CADA HERMANO QUE ME ACOMPAÑA EN EL CAMINO. GRACIAS!!
ALEJANDRO
Testimonio de Rocío
Hola, soy Rocío, tengo 31 años, vengo de Perú. Ahora vivo en la Fraternidad de Villa Rosa. Para mí ha sido una sorpresa poder ir a San Luis a dar testimonio. Estaba viviendo un momento muy fuerte de tantas luchas donde el pensamiento me iba ganando la batalla y fue una luz poder recibir este don. Fue una experiencia muy fuerte donde tuve que volver atrás y recordar el pasado, cada dificultad que tuve conmigo y con mi familia. Veo cómo la Comunidad me ayudó a sanar muchas heridas y me ha rescatado de un mundo con mucha suciedad y muerte que llevaba dentro de mí. Siento que la Comunidad me dio la herramienta justa que es la oración, pude conocer a un Dios encarnado, presente y misericordioso, lleno de amor, amor que me ha ayudado a sanar, el amor recibido de los niños de la misión, de las tías, de cada hermana que ha pasado por mi camino. Llevar esto a los jóvenes que están afuera me hizo sentir mucha alegría, me dio esperanza, que se puede salir de la muerte. No me daba vergüenza hablar de mi pasado, veía a muchas chicas que se sentían identificadas con mi historia. Podía ver mucho sufrimiento en sus ojos, sentía la tristeza en su forma de hablar y de vestir. Es increíble porque al estar en la Comunidad estas protegida de todo lo oscuro, salir al mundo y ver destrucción por todas partes, en las escuelas, los barrios y las familias. Fuimos a visitar la cárcel, vi tanta gente golpeada, pero justamente ellos, que habían caído más bajo querían salir, buscar una vida diferente. Escuchaban con más atención, querían conocer la Comunidad, sentí que para ellos no éramos indiferentes, hablábamos la misma realidad. Me sentí cercana a ellos.
Me sprendio mucho el trabajo y la entrega de cada persona que hace los coloquios. La confianza que tienen en la Comunidad y el empeño que ponen. En San Luis fuimos recibidos por las hermanas de Mater Dei, fuimos muy bien acogidos. Se sentía el cariño que tienen por nuestra Comunidad. Fue una experiencia con los padres de los chicos, el acompañamiento del Padre Diego, las Hermanas y amigos.. Veo que la Comunidad va expandiéndose en Argentina con el solo propósito de dar Luz Y vida al mundo oscuro de hoy. Esta experiencia me ayudó a tener el encuentro que buscaba con la Virgen, empezando desde un Via Crucis que hicimos todos juntos y podía ver con más claridad cada lucha, siento que el compartir estos momentos de testimonio y acercarme a los chicos de afuera me ha ayudado a agradecer por la vida que tengo hoy y sentirme afortunada por encontrar la Comunidad en mi vida. Siento que este encuentro abrió más el corazón y ha renovado en mí las ganas de seguir construyendo mi vida con Jesús desde una verdad más limpia. Agradezco a la Comunidad por la confianza y por haber recibido este don, también a todos nuestros amigos por la atención y el cariño recibido. Y a los nuevos amigos que se enamoraron de la Comunidad y de todo lo que Madre Elvira ha construido inspirada en el Amor de Dios. Gracias
Rocío de Perú
Testimonio de Rosario
Hola soy Rosario, de Tandil, Argentina. Saber que tendría el don de testimoniar fuera de casa y junto a dos de mis hermanas de Villa Rosa fue una noticia linda y que, honestamente, no hubiera esperado. Si en algo me desafió estar en Comunidad en estos nueve meses que llevo aquí, fue dejar a un lado los bloqueos, miedos, e ir para adelante con lo que a uno le toca. Y así fue, a pesar de todo sentí que me podía predisponer ¡y de la mejor manera! El viaje de ida fue ameno. Pudimos compartir y entrar en comunión con todo el equipo. Al llegar al Convento donde nos hospedarían sentí una gran acogida por las hermanas del Mater Dei y fue así durante toda la estadía. La primera escuela secundaria a la que fuimos a testimoniar, llegué con la intriga de cómo sería todo y pensaba en mi rol de tocar la guitarra y cantar “para romper el hielo”, pero, para mi sorpresa, tuve que agarrar el micrófono y lanzarme a hablar. No estoy acostumbrada y tuve miedo de explayarme de más, olvidarme algo importante o trabarme, pero quise ver más allá. Sobre todo a quienes tenía enfrente. Tenía la fe de que por lo menos a una persona le llegaría algo de mi historia, dentro o fuera de Comunidad…Y eso me bastó para superarme. Visitamos varias escuelas más y en todas había chicos y chicas predispuestos a escuchar, otros que fingían ser indiferentes, y otros que se burlaban de la propuesta. Nada de no esperar, al final, ¿no? También tuvimos la oportunidad de testimoniar en la cárcel y fue fuerte estar ahí. Me impactó ver a una de las mujeres necesitada de compartir, expresarse, incluso de bailar y cantar nuestra música, me apenó tener que retirarnos tan pronto. Además pudimos compartir con familiares, amigos y ex de la Comunidad de quienes recibimos mucho apoyo material y afectivo.
Doy gracias a Dios y a la Comunidad por darme este voto de confianza ¡Un abrazo grande a todos! Gracias!
Rochi
Testimonio de Edna
Hola, me llamo Edna y vengo de Brasil. Soy feliz de testimoniar el gran don de ir a San Luis. Fue una experiencia hermosa pero por otro lado me hizo parar a reflexionar cuánto tengo que agradecer a la Comunidad todo lo que hace por mí y que nunca me faltó nada, y ver las diferentes realidades. Me hizo pensar que tenía que abrazar lo que me toca vivir porque tengo muchas oportunidades que quizá esos chicos y chicas hoy no los tienen. Cuando llegué me encontré con una realidad muy parecida a mi pueblo, gente humilde que me acogieron muy bien, libre para transmitir mi testimonio de vida. Por otro lado también vivía dentro de mí una responsabilidad y una confianza que me daba la Comunidad de salir con dos chicas a mi cargo, lo que me haría una mujer más firme y segura. Viví fuerte el momento de hacer el testimonio delante de los chicos de la Comunidad porque sabía que iba a transmitir cosas profundas sobre mi vida personal y tenía ese miedo a lo que pensarían de mí. Pero luego, escuchando lo que ellos testimoniaban, vi que también ellos fueron más allá de lo que yo ya sabía y entendí que caminamos en una misma Comunidad que nos enseña a todos a aceptar al prójimo tal como es. Las escuelas públicas me llegaron muy profundo porque vi que muchos de los alumnos tenían una vida muy dura, sobre todo, me encontré con un joven que tenía una historia como la mía, quise acercarme para ayudarlo más, pero vi que no podía hacer más que transmitir y hacerles saber que no están solos, que hay una esperanza y gente que los puede ayudar: nuestra Comunidad. Y que la Comunidad llega hasta un punto y lo demás lo hace Dios a su tiempo y forma. También cuando visitamos a las personas que estaban en la cárcel tenía ansiedad y miedo, porque un tiempo atrás lo viví con mi papá y tuve que ir a visitarlo a un lugar así. Pero que al final, cuando vi sus realidades me di cuenta que también yo tengo que agradecer lo que tengo hoy, lo que me toca vivir hoy y mi pasado.
Me gustaría agradecer a las monjitas de Mater Dei por su acogida, sobre todo a la hermana Verónica que nos acompañó desde el principio hasta el momento de regresar a casa. ¡Muchas gracias!
Edna
Testimonio de Daniel
Hola, soy Daniel, de la Comunidad Cenacolo de Mercedes. Les comparto la experiencia vivida en San Luis, una hermosa provincia, donde di testimonio sobre mi vida y sobre lo que Dios está haciendo en mí. Es una gracia de Dios haber podido compartir con familias en camino, amigos de la casa, personas que se interesan por nosotros, dejando ver su predisposición para recibirnos. También haber podido ser Luz para todos esos jóvenes que buscan una respuesta y un camino en su vida, que hayan podido ver que somos personas resucitadas por la misericordia de Dios. Me siento muy agradecido por este don que tuve y acercar la Palabra de Dios a quienes lo necesitan. ¡¡Muchas Gracias!!
Daniel