¡Nuevo Grupo en Filipinas!

1119 de noviembre 2021

Fraternidad “Tierra Prometida” – Filipinas

Hola a todos, soy Nicoló, uno de los misioneros recién llegados a Filipinas…una tierra que desde el principio me está enseñando cosas, entre las que me asombra el contacto con la pobreza. En efecto, aquí las personas más pobres no se dejan abatir sino que siempre están dispuestas a dar un saludo y lo poco que tienen. Otro momento particular fue la cosecha del arroz, todos los misioneros trabajamos en el campo con nuestros vecinos. Vivimos mucho cansancio pero también mucho esfuerzo y alegría de parte de todos. Me hizo reflexionar que aquí, las personas, solo para sobrevivir, deben trabajar tanto durante toda su vida, expuestos al calor, bajo el sol…Sin embargo nunca falta la alegría que llena el corazón y que te da la fuerza y el empuje para no abandonar. Un saludo de paz y de alegría desde llas Filipinas”

“En cuanto llegué a esta tierra me tocó las sencillez de las personas: desde su sonrisa, su cercanía y el recibimiento que nos hicieron. Qué bello saludarse con alegría mientras corríamos y cosechábamos el arroz con nuestros vecinos. Estoy viviendo muchas cosas bellas y con muchas ganas de conocer las costumbres y los valores de este pueblo porque siento que debo aprender de ellos.” Karol

¡Hola a todos! Con mucha alegría recibimos a los nuevos misioneros llegados de Italia. Luego de un tiempo de espera vivido con fe, con la esperanza de dar un nuevo paso en el camino de nuestra misión, el Señor permitió que llegaran nuevos hermanos, que en seguida manifestaran entusiasmo y el deseo de aprender. Así, la primera tarea que les esperaba fue la cosecha de arroz: un trabajo fatigoso e incómodo, bajo temperaturas muy altas y un sol filipino que no perdona.12

Fue un bello comienzo de esta aventura nueva que les permitió vislumbrar la cultura y la mentalidad filipina, personas simples y dignas. Día a día estamos conociendo juntos muchas nuevas realidades y tenemos la posibilidad y el deseo de donarnos a los demás en las cosas sencillas, pequeñas, cotidianas.

Nos asombra la providencia material y espiritual que nos acompaña cada día. Nos asombra la bondad y generosidad de nuestros vecinos y de los filipinos en general…esperamos aprender mucho del ejemplo de este pueblo, como ser cada vez más disponibles para donar la vida.

Les enviamos un caluroso abrazo desde esta tierra bellísima y rica en amor al prójimo.

Los Hermanos de Filipinas