Oraciones desde Liberia

libe1Liberia, Fraternidad “Santa Josefina Bakhita”
Tiempo de Cuaresma, abril 2020

Estamos todos en la misma barca, con el Señor no debemos temer”. Papa Francisco

La llegada del Coronavirus aquí en Liberia me está ayudando mucho a vivir el presente y crecer como misionero. Trabajando con los niños en la huerta rezamos el rosario y siempre su oración es por “los enfermos y las víctimas del virus”. Este período de “clausura” con el mundo exterior hizo crecer la unión entre nosotros y nos llevó a un clima familiar y muy unidos. Seguramente que el pensamiento durante la oración vuela a la familia, a todos ustedes en Italia, a la gente de aquí que no pueden permitirse encerrarse como lo hicimos nosotros y que debe trabajar por un plato de arroz, y a Marlon y Gabriella que viven en el hospital. Preocupado o no, la misión me pide estar 100% presente en la vida de los niños, y ellos me ayudan haciendo siempre renacer la vida, creándola con la vida, una sonrisa, un juego, una broma…el esfuerzo que meten en el trabajo…Todo crea vida! Termino agradeciendo a Madre Elvira y a la Providencia por darme la alegría de estar en Liberia. ¡¡Rezamos por ustedes y quedamos unidos en la oración, gracias!! LUCA

libe2Vivir este período de Pandemia por el coronavirus en la misión de Liberia me está fortificando en la fe, la esperanza y la oración. Fe porque creo que Jesús está cuidando a cada una de nuestras familias en Italia, especialmente donde yo vivo, en Pavia, Lombardía, señalada como zona roja. Esperanza porque entre nosotros los adultos, las hermanas, las tías, los tíos y las personas cercanas, tenemos la esperanza y la confianza que en esta tierra ya sufrida por el ébola hace unos años, el Señor proveerá y por ahora no parece grave. Oración, porque cada día me abandono más a lo que Jesús me pide. La cruz está presente, pero desde que comenzó aquí he sentido una gran paz interior y la tranquilidad de estar encerrada en nuestra misión, con todos los niños en casa porque no hay escuela. Los niños rezan todos los días con confianza que esto pasará. Cada día aprecio más recibir a Jesús Eucaristía y la Adoración Perpetua, porque viendo la situación en Italia y en el mundo estoy agradecida de tener la presencia viva de Jesús en casa. Aunque estamos lejos, se siente el amor y la cercanía del corazón de la Comunidad, gracias a los medios de comunicación, las catequesis, la Santa Misa de P. Stefano y con la presencia y oraciones de las hermanas en Pagno. Gracias, porque en la Comunidad vivimos la alegría pero también el sufrimiento; agradezco a la Comunidad porque en estos años comencé a poner al Señor en primer lugar de mi vida, segura de que también ahora protegerá la Misión, mi familia y todas las personas que quiero en Italia. Unidos en la oración, CLARA

Para mí este periodo en que todo el mundo está tocado por el coronavirus, justo en la Cuaresma que es tiempo de conversión, me hizo reflexionar sobre la calidad de mi vida cotidiana. Me hice esta pregunta: “¿Qué lugar ocupa Dios en mi vida?” Veo que es más fácil acercarse a Él en el momento de necesidad que cuando todo va bien, a veces, todavía lo pongo en segundo puesto. Veo que todavía soy muy pobre y qué grande es Su Misericordia. Aquí en Liberia los casos de coronavirus son todavía pocos, pero la situación no es muy clara. Las escuelas están cerradas, los ambientes públicos están más controlados, no salimos y tenemos poca relación con los vecinos, pero con los niños estamos viviendo un momento bello, unidos en la oración, en los trabajos y en los pequeños sacrificios ofrecidos por todos los enfermos, por nuestras familias y por todo el mundo. Cuando supe que el Véneto era zona roja, mi pensamiento voló a mi familia. Fue un sufrimiento para mi corazón pero cuando hablé me dijeron que están viviendo este momento en la obediencia y en la fe, me dio mucha paz y agradezco a Dios por el camino en la fe que hace mi familia, también gracias a la Comunidad. Acá los liberianos dicen: “God is in control”, ¡Dios tiene el control, y es así! Agradezco a Dios por el don de Madre Elvira, por la Comunidad, y por el don de la misión, que me enseña que en el momento de la cruz no debo rebelarme sino quedarme y aceptar que esto me ayuda, con la gracia de Dios, a convertir más mi corazón. Un saludo especial de todos nosotros, tías, tíos, hermanas y niños de la misión liberiana! ¡Un abrazo! ¡Fuerza, estamos con ustedes y rezamos por ustedes! ¡Lo lograremos! “We love you plenty OH! SERENA