Ordenación Diaconal de Marco |
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Catedral de Saluzzo
Sábado 20 enero 2018
Hoy la Comunidad Cenacolo está de fiesta: en la vigilia del cumpleaños de Madre Elvira, un nuevo hermano, delante de la Iglesia y de toda la Comunidad, fue ordenado Diácono, último paso hacia el sacerdocio.
Desde las primeras horas de la tarde, la catedral de Saluzzo estaba llena: se respiraba un clima de fiesta, por el don de participar de algo importante, que muchos jóvenes de la Comunidad era la primera vez que veían. Asistir a una celebración solemne te transforma, te hace sentir más cerca de la fe y de la Iglesia. Los primeros en llegar fueron los jóvenes del coro, que habían preparado para la ocasión algunos cantos clásicos, ensayando durante dos semanas. Luego llegaron los padres, los amigos y los jóvenes y las chicas de todas las fraternidades.
Había alegría…y un poco de ruido por los saludos, ya que muchos llegaban de lugares distantes, también amigos de Estados Unidos, donde Marco estuvo 3 años. Para hacernos entrar en el clima de recogimiento, rezamos el Rosario con el que iniciamos la preparación de la Santa Misa.
La Misa fue presidida por Mons. Cristiano Bodo, Obispo de Saluzzo, junto a Mons. Guerrini, Obispo Emérito de Saluzzo; junto a ellos nuestros sacerdotes y muchos otros además de diáconos amigos de la Comunidad y de nuestros acólitos y consagrados. En primera fila estaba Marco y su familia.
El momento más emocionante de la celebración fue cuando lo llamaron para leer su historia, de un pasado de tristeza y rebelión, a la conversión al ingresar a la Comunidad. Para Marco el momento más significativo de su camino fue el encuentro con Madre Elvira a los pocos días de su ingreso: sus palabras: “¡Lo lograrás!”, acompañadas de un “bofetón”, quedaron grabadas en la vida de Marco.
Un momento fuerte fue cuando Marco se postró en tierra y se cantaron Las letanías de los Santos; entonces fue revestido con la Dalmatica y presentó sus promesas de obediencia al Obispo. Fue raro ver a “Don” Marco en el ofertorio con un traje y una luz nuevos. ¡Seguramente, los Santos y los Ángeles hacían fiesta con nosotros por este gran don!
Luego de la Eucaristía y de los saludos finales, el Obispo agradeció a todos. El canto solemne “Suscipe” cerró de manera grandiosa la parte litúrgica. Al fin, muchos besos y abrazos y el regreso a casa donde nos esperaba un buffet para festejar a nuestro don Marco.
Muchos fueron los amigos y jóvenes que participaron en esta ordenación, agradecemos a la Comunidad por la vida recuperada de muchos jóvenes y por el ejemplo que nos da a través de tantos jóvenes que se donan en el servicio a los más pobres
Gracias Madre Elvira, con tu “sí” has hecho germinar otros “sí”, hasta el de don Marco, diácono - y en breve - presbítero.
¡Gracias Madre por el regalo que nos hiciste en el víspera de tu cumpleaños!
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