Catamarca: Fraternidad "Nuestra Señora del Valle"

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“¡...Y qué bien les ha salido el chango!”

El Rodeo, Catamarca, 10 junio 2017

Estamos de fiesta en Argentina, un nuevo hijo del Cenacolo comienza a dar sus primeros pasos en una provincia del norte argentino, a muchos metros sobre el nivel del mar entre montañas y ríos.

La Fraternidad “Nuestra Señora del Valle” fue bendecida el sábado 10 de junio 2017 por el Obispo de Catamarca, Mons. Luiz Urbanc. En el momento de la bendición nos dijo que la inauguración de la nueva casa cambia Catamarca y también el mundo porque es una obra de Dios, que está dentro de su plan salvífico.

Desde hace 8 años que un sacerdote de Catamarca, el Padre Antonio Bulacio, lucha para ayudar a los jóvenes que no encuentran el sentido de la vida, se acercó a la Comunidad y poco a poco fue enviando jóvenes de Catamarca y de pueblos más lejanos para hacer el camino en la Fraternidad Nuestra Señora de Luján. ¡Hasta que llegamos a tener 18 jóvenes de Catamarca!

DSC 0217 0138CMuchos viajes, ya que en Argentina las distancias son extensas, grupos de amigos que rezaban, los padres que conformaron un bello grupo para acompañar a sus hijos y también descubrir una nueva vida para ellos y sus familias. Finalmente, la mano de la Providencia de Dios que nos dio el lugar exacto en un terreno propiedad del Obispado. El grupo de los 8 jóvenes que partirían para abrir la nueva fraternidad se conocieron y comenzaron a rezar juntos. Luego de intensos preparativos llegó el momento.

Los amigos de Catamarca esperaban con una pequeña y bella casa en un lugar muy hermoso llamado El Rodeo. No faltaba nada para comenzar, la Providencia ya había traído todo.

El día de la inauguración también llegaron las amigas de Trelew, amigos y padres de San Luis, junto a la hermana Verónica, y los amigos y madres de Buenos Aires. Se sentía un clima de unión, al estar tan lejos unos de otros, cuando nos encontramos siempre es una alegría y siempre nos sentimos en familia.

Un día brillante de sol acompañó toda la jornada, luego de pasar la noche anterior con temperaturas muy bajas. Lo que favoreció mucho el evento que tenía que ser al aire libre. Primero se celebró la Santa Misa, presidida por el Obispo de Catamarca, Mons. Luiz Urbanc y de la que participaron varios sacerdotes, especialmente nuestro Don Michel –llegado para la ocasión y acompañará un trecho a los jóvenes- y P. Antonio.

El momento culminante fue cuando casi al finalizar, antes de la bendición, en pequeña procesión, llevaron a Jesús hasta la pequeña capilla de la fraternidad, alojando así al huésped número uno y más importante de la casa. Fue muy emocionante realizar en la práctica lo que tantas veces se dice: Jesús es quien dirige esta Comunidad y esta fraternidad, todo se lo debemos, siempre recordemos que es una obra de Dios. DSC 0242 0163

En la homilía Mons. Urbanc dijo que para salir de la esclavitud hay que apoyarse en tres patas: la comunidad, es decir, vivir fuera del individualismo descarnado propiciado por la sociedad de consumo. Jesús llamo a los apóstoles a hacer comunidad con Él. Otra pata es la oración, con gozo, con tenacidad, hablar con Jesús que es el liberador de la humanidad. Dice el refrán: “dime con quién andas y te diré quién eres”, el que anda con Jesús se hace como Jesús. El único médico que tiene poder en este mundo es Jesús. Y la otra pata es el trabajo, junto con el otro cuidar la creación que es lo que Dios nos ha encomendado. Descubrir la belleza del poder de Dios en esta tierra tan hermosa donde la naturaleza cambia todo el tiempo. Aprendiendo a dar y a darse. Ésta es la mística de la recuperación verdadera: “Queridos chicos hagan que los que vengan por acá puedan abrir bien los ojos para descubrir la maravilla de Dios que está dentro de cada ser humano.” En el Evangelio Jesús nos invita a liberarnos de la hipocresía, que su oración, chicos, sea la oración del pobre, confiada, libre. Vivimos en una sociedad de adictos al mal, a la mentira, a la desunión y el resultado es la esclavitud de la droga cuyo origen es solo el pecado, darle la espalda a Jesucristo, Salvador del Mundo. Dijo que ellos  dan este espacio de tierra, de la tierra de todos, para que aquí haya una comunidad orante y ‘ laburante’. Dios es comunidad y es una bendición que en este rinconcito del mundo haya un cenáculo: Jesús con María y los apóstoles. Junto a María tenemos bendiciones permanentes. Y a San José, que ya lo tienen en la capilla para cuidarlos. Juntos criaron y educaron a Jesús, “¡Y qué bien les ha salido el chango!”

Luego de la Santa Misa, cantamos la canción “Yo amo a María” con gestos, lo que sorprendió a muchos catamarqueños que no están todavía habituados a nuestro estilo libre de vivir la fe y la vida. Luego Javier, el responsable, dio un testimonio fuerte y convencido de un hombre que está en camino y que con la oración aprendió a vivir.

DSC 0224 0145Llegó el almuerzo, plato típico de la zona: el “locro”, y una pierna de cordero asada. El postre fue una torta muy grande y rica para compartir, lo que marcó la finalización de la fiesta.

Ahora comienza la vida de la Comunidad, el trabajo, la oración, los amigos fieles, los encuentros, la Providencia, vivir en la verdad y la obediencia, trabajar por el bien y la unidad.

Tenemos mucho que agradecer a Madre Elvira y a la Comunidad en nuestro país tan lejano, especialmente esta semilla de la Escuela de Vida nacida gracias a su “Sí” incondicional.

Gracias Madre Elvira, aunque no puedas venir a la Argentina, estás presente en el corazón de todos los amigos; de los padres que alguna vez estuvimos desesperados y hoy cantamos y bailamos , también de muchos, muchos jóvenes pobres y “descartados” que hoy están conociendo a Dios.

¡Alabado sea Dios! ¡María Madre del Cenacolo, ruega por nosotros!

Testimonio  de mamá Cristina

Deseo compartir la experiencia que vivi en Catamarca. Fueron días maravillosos, de compartir con las otras mamás en el viaje y poder sentirse en familia con las madres y amigos de Catamarca. Ver una casa nueva, donde los jóvenes y sus familias puedan cambiar la vida. Veía las caras felices de los jóvenes, Mons. Urbanc dijo en su homilía cosas fuertes pero llenas de verdad. Me tocó mucho el corazón cuando llevaron a Jesús hasta el Sagrario de la nueva casa y en ese lugar, entre las montañas y con ese cielo tan celeste, sentí que vivía un pedacito de cielo. 

¡Agradezco mucho a Dios porque me dejó ser una mamá de la Comunidad! Gracias a Madre Elvira que nos enseña a vivir en esta Escuela de Vida!
También agradezco a todas las mamás de Catamarca porque trabajaron muchísimo y se nota que lo hicieron con mucha unión y mucho amor.

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