Recepción de jóvenes en búsqueda

“La aventura con Dios es algo
que te fascina y permanece  grabada, 
 tallada por dentro, también porque Dios
no llama una sola vez,
te llama todos los momentos del día
y mientras te llama te va construyendo,
haciendo de nuevo.
Tu tristeza cambia en alegría,
tu debilidad se hace fuerza,
tu pecado lo cambia en misericordia.
No se puede resistir a este Dios
que te crea y te recrea,
y pobre de mí si soy la misma de ayer.”

Madre Elvira

UNA EXPERIENCIA EN LA “ESCUELA DE LOS POBRES”

Muchos jóvenes que no llegan de experiencias dramáticas de marginación o desvío piden vivir un tiempo en la Comunidad, un tiempo de “experiencia” para reencontrar el sentido de sus vidas, la paz en el corazón y la alegría de vivir; para ver con claridad la voluntad de Dios en sus vidas, para aprender a amar y servir. Vislumbran en la propuesta comunitaria un camino auténtico y exigente que puede ayudarlos a poner en orden su propia historia, a menudo confusa y vacía, y que les puede dar claridad para las elecciones futuras. Pedimos que conozcan nuestro estilo de vida y después si lo sienten y si quieren, un período mínimo de 40 días, es el tiempo que se necesita para “entrar” en sí mismo y vivir una experiencia de vida comunitaria auténtica y no sólo sentimental y superficial.

Para los jóvenes que se sienten atraídos por el carisma de la Comunidad y sienten el impulso interior hacia un camino de consagración al Señor en esta realidad. Les pedimos una verificación concreta "en el campo", lo que significa realizar un período de al menos seis meses compartiendo la vida comunitaria en una de nuestras Fraternidades. Pensamos que la “escuela de los pobres” es el mejor discernimiento vocacional para verificar la autenticidad de una llamada del Señor en nuestro carisma.

En el período de experiencia, la persona acogida participa en la vida de la Fraternidad plenamente, sin "fugas", ni “rebajas”, ni “atajos”, desde sus momentos de oración y compartir hasta la revisión de vida y el trabajo. Creemos que es un modo leal de ponerse a la escucha de Dios: una jornada en que se alterna la oración y el trabajo, en lo concreto de una “escuela de vida” exigente que ayuda a la persona a encontrar al Señor en su historia concreta, en una comunión fraterna que no te permite "escapar" de ti mismo, sino que te ayuda a mirarte dentro en la verdad y a dejarte ayudar por los hermanos. Si tienes el valor para vivir esto….te esperamos con alegría. ¡Ven….y veras!

 

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