¡VISITA A LAS MISIONES!

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                                                                                                              Misiones de Sudamérica, febrero 2024

 "¡La vida es bella! Sea en la alegría o en el dolor, en la enfermedad o en la salud. ¡No perdamos el tiempo!”  (Daiane)

                                                     

P. STEFANO 1

 Queridísimos cenacolinos,                                                                     

Con mucha alegría les comparto el viaje misionero que tuve el don de realizar con Padre Stefano y Don Massimo Poldo , en los días cuando Daiane fue al Cielo. Queríamos partir para encontrarla viva todavía pero el Señor la llamó antes de que partiéramos. Luego vimos el sentido de este sufrimiento: llegamos en un momento doloroso para la misión de Mogi y para la familia de Daiane, entonces fue un pequeño consuelo, una alegría en el dolor, una alegría en el desgarro que la muerte siempre genera. Cuando Madre Elvira se fue al Cielo, aprecié mucho la cercanía de toda la Comunidad y de muchas personas que la amaban; así que para mí poder estar cerca era un poco restituir el bien que había recibido, fue hacer a los demás lo que deseas para ti.

Llegamos a Brasil, San Pablo, cuando finalizaba el funeral en la misión de Mogi y todos los hermanos sacerdotes salieron de la capilla para recibirnos y nos abrazamos entre lágrimas. ¡Nunca olvidaré ese momento! Luego entramos en la capilla donde estaba expuesto el cuerpo de Daiane, joven, bello y luminoso, a pesar de la enfermedad que la había malogrado. Ya no había ningún signo del mal sino que era un rostro sereno, que parecía respirar en el Paraíso, y nos daba la certeza que ahora está feliz con Madre Elvira, Nicola, hermano Peter, y su hermanito Odar que fue al Cielo a los 13 años.

Al día siguiente se celebró otro funeral en su ciudad natal, Dois Corregos, Jaú, donde está la fraternidad masculina de nuestra Comunidad. Un momento muy conmovedor yP. STEFANO 2 profundo al escuchar los testimonios de familiares y amigos de Daiane. Conocimos más de su vida: ya desde joven amaba a Jesús, al prójimo y sentía la llamada de seguirlo más de cerca en alguna comunidad que buscaba y no encontraba, hasta que encontró el Cenacolo y se enamoró de Jesucristo encontradolo en la vida de los jóvenes en camino. Fue el despegue para comenzar su historia en la Comunidad Cenacolo. Después de 3 meses de experiencia, en la fraternidad “Asunción de la Virgen” en Pagno y en Medjugorge, entró en la misión de Mogi, donde 7 años después iría al Cielo, consumando su vida al servicio de los niños y de todos aquellos que el Señor puso a su lado en una consagración especial a Jesús en la vida consagrada. ¡En poco tiempo vivió mucho! Los días sucesivos escuchamos a los misioneros: tías, tíos, familias y consagrados que compartieron el sufrimiento de la separación, pero también lo que Daiane enseñó a cada uno. Un tesoro precioso que llevamos en el corazón es cómo ella vivó y aceptó la enfermedad , ofreciéndola por todos, siempre sonriendo y amando aún en los momentos de mayor sufrimiento. Fue enriquecedor conocerla más a través de lo que se entregó y ver el bien que recibía de todos, especialmente los que la acompañaron hasta el fin del calvario de la enfermedad.

Mientras tanto, en la misión de Bahía, la tía Alzbeta tuvo un inesperado y grave problema de salud, entonces, ya que estábamos del otro lado del océano, fuimos hasta allá para estar más cerca de ella y de la misión. También aquí vimos la obra de Dios Padre y de María Santísima en la providencia de un buen hospital, en el bien de toda la misión, que acompañó en todo a la tía, en la oración de toda la Comunidad. Luego de pocos días, también gracias a la intercesión desde el cielo de Madre Elvira, de sor Dolores y de Daiane, contemplamos un milagro: la tía Aliz comenzó a recuperar la salud y regresó a la misión.

Después, nuestro viaje misionero continuó hacia Perú, justo había un evento en la fraternidad de Supe. En este paso por Perú fue un don para mí el poder compartir de cerca, día y noche, la vida misionera de las hermanas en Villa El Salvador con los niños pequeños. Luego fuimos a visitar la misión de Rayo de Luz. Allí recibimos una bienvenida muy alegre por parte de los misioneros y los niños: con abrazos, juegos, bailes, cantos, cortas escenas y la cena, nos hicieron sentir muy amados.

P STEFANO 3En la fraternidad de Supe, donde viven unos 30 chicos haciendo el camino, respiramos en vivo el carisma de la Comunidad. La vida en el desierto pide sacrificio, pero, como nos decía Madre Elvira, donde hay menos, hay más vida. Encontramos jóvenes valientes, voluntariosos en la oración, en el trabajo y en la vida comunitaria que nos transmitieron mucha luz y alegría. Luego de este viaje a las misiones de Bahía y Perú, regresamos a Mogi. Reencontramos a todos, poco tiempo después de la partida al Cielo de Daiane. Ver que la misión se había levantado e iba adelante amando y sirviendo en la vida misionera, fue un gran testimonio de fe en la vida eterna. La familia de Daiane también, en la Misa, estaban más serenos y consolados. Solo la fe en Jesucristo Resucitado nos puede levantar luego del desgarro doloroso que es la muerte.

Nuestra llegada ha sido una sorpresa para todos, pero pude contemplar la alegría profunda de todos los misioneros, niños y amigos, sea en Brasil, o en Perú por la llegada del Padre Stefano. Fue el paso de un padre, que después de mucho tiempo que faltaba en las misiones, ha llevado el corazón de Madre Elvira. Nos quedó la certeza del Amor y de la Fidelidad de Dios por nosotros cenacolinos en todo el mundo. Regresamos con la mente llena de rostros, alegría, dolor, vida, que me hacen decir solo gracias a Jesús por haberme llamado también a mí a vivir para siempre esta vida única y bellísima y porque hoy puedo contemplar las maravillas que a través del Sí generoso de Madre Elvira, su fe y su corazón universal, pudo realizar en el mundo entero.

Muchos corazones tristes, desesperados, solos, hoy encuentran la vida, el amor, a través de la fe en Jesús resucitado y en María, Su y nuestra Madre.

¡Queridos misioneros, los queremos mucho, es bello que existan!

Rezamos por ustedes y por todos los jóvenes que Dios llama al don de la misión. ¡Gracias por vuestro SÍ que hace que el mundo sea más bello y la Comunidad más rica de vida verdadera!

Sor Claudia

MISIONES

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