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PARAGUAY: VISITA DE LOS PADRES |
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“Fraternidad San Miguel Arcángel”, 11 de mayo 2025
El domingo fue el encuentro de los familiares en nuestra fraternidad. El día empezó con la recepción de las familias, con los hermanos veníamos preparando todo desde los días anteriores, organizando la casa, ensayos del coro, los gestos y una pequeña presentación. Fueron días cargados, con muchas superaciones y dificultades, pero a través de la oración y la amistad, logramos llevar adelante los preparativos y el esfuerzo se vio reflejado al llegar el día. Las familias llegaban contentas, la mayoría emocionados por los pequeños detalles que hicimos para recibirlos en nuestra casa, lo que dio alegría a nuestros corazones. Para nosotros, verlos con los rostros llenos de felicidad era un regalo de Dios.
Comenzamos con la oración del Santo Rosario, sentimos muy fuerte la presencia de Dios; luego la Santa Misa fue presidida por el Arzobispo Edmundo Valenzuela que en su homilía resaltó fuertemente la importancia de nuestra Comunidad para la sociedad, y el caminar juntos como familia. Luego de la Misa compartimos el almuerzo en unidad familiar, sirviendo y amando como nos enseña nuestra Madre Elvira.
Por la tarde, luego de la Coronilla de la Divina Misericordia, escuchamos una catequesis sobre caminar juntos, padres e hijos, esposos y esposas. El momento fuerte de la tarde fue la Adoración Eucarística. En ese momento se percibía la emoción de las familias, las madres abrazaban a sus hijos y también a los hermanos que no tenían a sus familias. Todos sentimos la presencia del Espíritu Santo y el amor de Dios hacia nosotros. Luego vivimos la bendición de las familias y de ex de la Comunidad: ver a todos imponer las manos para la bendición de todos.
Para finalizar los jóvenes hicieron una pequeña presentación para mostrar que solo Dios tiene el poder para liberarnos y sanarnos de nuestros pecados. Fue una jornada con uchas emociones.
Soy Oscar, tengo 30 años, soy de Asunción, Paraguay; hace tres meses que regresé de Argentina donde hice parte de mi camino y hoy estoy agradecido de haber vivido esta experiencia, gracias a Dios, a Madre Elvira, a Padre Eugenio y Padre Slaven que nos acompañaron este fin de semana.
¡Gracias Madre Elvira, gracias Comunidad!
TESTIMONIOS
Soy Bruno, soy de Comodoro Rivadavia, sur de Argentina, hace unos 3 meses que llegué a Paraguay, a la Fraternidad San Miguel Arcángel. Vengo transferido de Argentina, Pilar. La visita del día domingo fue un momento hermoso, me asombra ver cómo la Comunidad une a las familias, si bien no tuve visita, sentí el abrazo de mis padres a través de las familias de mis hermanos, me emocioné hasta las lágrimas, es sentir ese abrazo, esas palabras que reconfortan el alma y dan paz al corazón. Soy padre de un niño de 7 años, y en los momentos de adoración me vinieron muchos pensamientos de él, hoy es fuerte el deseo de verlo, pero mi realidad es esta: trabajar en mí, sanarme y prepararme para afrontar la vida y ser un padre presente. Ver a las familias rezando unidas, a los ex de la Comunidad salir con la bendición por haber terminado su camino me generó algo en el corazón y me mostró que empezar y terminar algo tiene su recompensa y premia todo lo vivido en ese camino. Lo tomo como una experiencia que deseo vivir, orgulloso de estar en Comunidad, ver como logra hacernos una sola familia, una sola sanación para nuestros corazones, aprovecho para agradecer el don de actuar, algo que nunca pensé en hacer, y cómo lo pude superar. También el hecho de cocinar y servir a todos, me llena de felicidad: son cosas y sentimientos que encontré desde que vivo en Comunidad.
Gracias Dios y Madre Elvira por esta experiencia, por generar todo esto en mí, en mi familia, que más allá de la distancia, ellos también están sanando y los siento cerca cada vez que rezo. Creo firmemente que Dios acomoda las cosas así para valorar, sufrir en el bien y darme cuenta de las cosas que quiero más adelante. A quien corresponda gracias por escucharme y leer esto…saludos cordiales . Bruno
Tengo 41 años, soy de Asunción, estoy casado y tengo 3 hijos, dos adolescentes y una criatura de 3 añitos, que es una niña. Esperábamos con ansia y nervios el día de visita de nuestros familiares, algunos no recibirían y otros sí, por suerte corrí con la suerte de que sí, veo llegar desde lejos, corriendo y con los brazos abiertos.: el poder volver a verlas y recibir los abrazos de mi hija También voy corriendo a recibirlas, a ambas, fue la mejor parte del día. El poder volver a verla y sentir esos abrazos de mi hija, de mi esposa, tenerlas a ambas en mis brazos…y todo esto es gracias a la Comunidad, al poder de la oración que nos enseñó la Madre Elvira. Me vuelvo a sentir vivo al poder recuperar a mi familia, más aún me siento más feliz pues también cumplo un año de Comunidad, voy venciendo muchas dificultades, actitudes y sentimientos que me impedían cambiar y dejar todo ese mundo de oscuridad. Hoy puedo decir que estoy resucitado en Cristo, como la homilía de Monseñor Edmundo Valenzuela. “Yo soy el buen pastor, conozco mis ovejas” yo me considero su oveja y Él, es el pastor mío, pues gracias a que me conoce e insistió por mí, hoy puedo estar vivo y estar testimoniando a todas las personas que hoy vinieron a visitarnos y es un don poder contar con la presencia de los padres, todos juntos: P. Eugenio, P. Slaven y Monseñor. Poder escuchar una catequesis de Madre Elvira, de la madre nuestra, de la Comunidad. Gracias a que ella dijo sí, hoy, yo y muchos más estamos vivos y poder decir y testimoniar que se puede salir de las tinieblas a la luz. También, ver a los hermanos ex de la Comunidad recibir la bendición de los Padres Eugenio y Slaven y bendijeron hasta una familia completa por haber culminado el camino todos juntos, es la mayor bendición que pude presenciar, me dio la mayor fuerza necesaria para poder seguir un buen camino, para mí y mi familia y ¿por qué no soñar en algún día hacer una experiencia en Comunidad con mi esposa y mi hija y poder recibir esa bendición que ahora es un sueño para mí?
Agradezco a la Comunidad por dejarme formar parte de esta familia y poder recibir tantos dones, fue lo mejor que pude haber vivido en esta experiencia de visita de las familias…. Saturnino