ENCUENTROS VARIOS EN PARAGUAY

VARIOS ENCUENTROS EN PARAGUAY

                                                                                  

                                                                               Paraguay, Fraternidad San Miguel Arcángel , 4–5 enero

Paraguay 1 1El encuentro de MUJER ¿QUIÉN ERES? Se realizó el 4 de Enero en el Santuario de la Divina Misericordia Areguá . Con mucha alegría de encontrarnos iniciamos la jornada compartiendo un desayuno sencillo pero ameno, entre cosas dulces y saladas que cada una de las chicas llevó para compartir, conocimos a Franca, mamá de Elisa, con quien entre risas aprendimos un poco de italiano y nos quedamos encantadas de tanta sencillez, amor y sabiduría que nos trasmitía.

Seguidamente en la capilla y frente al Santísimo compartimos el Rosario y la Adoración en compañía del Padre Slaven, un momento en la cual profundizamos en la fuerza de la oración para seguir caminando.

Continuamos con el almuerzo y la catequesis de la Madre, una compartida sencilla que nos invitó a mirarnos en el interior y preguntarnos, Mujer, ¿quién eres?, a vivir el día a día, entender que el ayer ya no está, ser mujeres formadas en el sacrificio, en la humildad, en el silencio, en el perdón y en el servicio, mujeres alegres, inteligentes, humildes.   La Madre Elvira nos recordó que uno de los muchos dones que Dios nos dio a las mujeres es ser las reinas de nuestra casa, como María, sirviendo con amor es como reinamos.

¡Gracias Madre por acompañarnos, guiarnos y enseñarnos el verdadero don y valor de la Mujer!

Participamos de la celebración de la Santa Misa celebrada por el Padre Slaven que con amor y sencillez en la homilía nos invitaba nuevamente a preguntarnos ¿Mujer, quién eres?, como en la lectura del Evangelio Juan el Bautista señala a dos de sus discípulos “Éste es el Cordero de Dios” . Al oír estas palabras ellos siguieron a Jesús, Él viendo que lo seguían los preguntó ¿Qué buscan? y ellos le preguntan: «Maestro, ¿dónde vives?» Jesús contesta: «Venid y lo veréis» , Jesús y la Madre Elvira con esta sencilla pregunta nos invitan a un encuentro, un encuentro feliz y pleno que cambiará nuestras vidas.

Finalizamos el encuentro entre risas, abrazos y una rica merienda.

¡Gracias Jesús! ¡Gracias María! ¡Gracias Madre Elvira! Por este encuentro de Mujeres que caminan.paraguay 2 2

El domingo 05 de Enero, se realizó la VISITA DE LAS FAMILIAS,  iniciamos el día, muy contentos de encontrarnos, ésta vez con los familiares de los chicos de la Fraternidad San Miguel Arcángel, compartiendo un delicioso desayuno de chipa con cocido y café. Había felicidad reflejada en el rostro de los jóvenes al recibir a cada uno de sus familiares, entre risas y abrazos, experiencia que nos permite ver la presencia de Dios en cada uno de ellos, en cada detalle, en cada preparación y servicio.

Nos juntamos en la capilla rezamos el Rosario con fuerza y con amor, al finalizar continuamos la Adoración al Santísimo y la compartida del Padre Slaven y Elisa quienes hablaron de la importancia de CONFIAR y de sostener la confianza para encontrar el camino de la vida verdadera, ¡que la Comunidad no pide nada pero a la vez nos pide todo.! Que decir a la comunidad implica confiar y que cuando confiamos Dios obra, hace milagros en nuestras vidas y en la vida de los jóvenes.

Madre Elvira apostaba todo por la fuerza sanadora de Cristo, por la libertad de la persona y por la acción de la Providencia, una Providencia nunca abstracta, sino siempre con el rostro concreto del hermano, que hace llegar el alimento y los bienes materiales que sostienen la vida cotidiana de tantas casas repartidas por el mundo.

Ella, tan pequeña, tan sencilla, con una sonrisa gigantesca y con los brazos abiertos abrazando al mundo entero, a tantos jóvenes necesitados de amor, CONFIÓ y se entregó plenamente a CRISTO.

Conmovido el Padre Slaven nos contaba como él fue uno de los tantos chicos a quien ella miró y abrazó, y ese pequeño gesto cambió su vida para siempre, y la de muchos jóvenes que después de haber recibido el amor de Dios, a través de ella, a través de la Comunidad, de sus enseñanzas, también han decidido confiar en Él dando a quien esté necesitando ese amor que, gratuitamente, recibieron.

Con sencillez Madre Elvira nos enseña que podemos reconstruir poco a poco nuestra vida a través del camino de la Fe.

Paraguay 3En el almuerzo compartimos con alegría unos choripanes hecha por los chicos de la Comunidad, rezamos la coronilla a la Divina Misericordia, seguida por un baile de gestos y el recital preparado por los jóvenes, El buen Samaritano. Nos enseña la importancia de tener un corazón lleno de amor y misericordia, pero por sobre todo que el amor es acción, amar a Dios y al prójimo debe practicarse, un amor que NO se expresa de forma concreta, no es amor verdadero.

Continuamos con la celebración de la Santa Misa celebrada por el Padre Slaven, quien en la homilía nos dejaba una hermosa enseñanza, el evangelio nos hablaba de Los Reyes Magos, quienes preguntaron: “¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?, Herodes sobresaltado los llamó en secreto y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”, ellos se pusieron en camino guiados por la resplandeciente estrella de Belén, al ver al niño con María, su madre, postrándose lo adoraron, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra, y regresaron a su tierra por otro camino, Los Magos comprendieron que las intenciones de Herodes no eran buenas, que volver ahí no era el camino correcto.

Como los Reyes Magos nosotros tenemos una estrella resplandeciente ¡Madre Elvira!, quien nos guía y nos enseña a postrarnos a los pies de Cristo Jesús, no tengamos miedo de adorarlo y de confiar plenamente en él. En la Comunidad, ella nos enseña con sencillez a saber discernir cuál es el camino correcto, que nos lleva a la salvación, solamente es dejándonos abrazar por Dios.

Finalizamos este hermoso encuentro compartiendo una merienda, con alegría y tantas enseñanzas

¡Gracias Jesús! ¡Gracias María! ¡Gracias Madre Elvira!

¡Por permitirnos vivir intensamente!¡ Por esta experiencia que nos permite ver la presencia de Dios en nuestro caminar en la Comunidad!