¡8 AÑOS DE RESURRECCIÓN EN SUPE! |
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Supe, Perú, 18 – 20 de octubre 2024
Llegó el momento de celebrar el aniversario de nuestra casa en Supe: ocho años aquí, en el “Desierto de los milagros”, donde cada día tocamos y contemplamos la resurrección de muchas almas. La fiesta duró tres días. El primer día, viernes, lo festejamos en Supe, donde nos reunimos los padres y las familias y también conocimos otros padres de otros países cercanos como Ecuador y Colombia, y hasta unos padres de España. Tuvimos el don de estar acompañados por don Massimo Marchi en estos días de fiesta. El segundo día, sábado, fuimos a la fraternidad “El Señor de los Milagros”, en Supe, la casa donde nuestros hijos están viviendo su camino de resurrección.
Ellos nos recibieron con cantos y gestos, entre saludos y abrazos, más largos de 7 segundos, como nos enseñó nuestra Madre Elvira. Comenzamos la jornada con la oración del santo Rosario: era conmovedor ver tantos jóvenes arrodillados frente el Santísimo, rezando cada misterio, unidos en una sola voz, escuchar los cantos, respirar mucha fe en Dios y María. Para nosotros fue una bendición para comenzar bien la jornada, también se inauguró la nueva capilla, celebrando la primera Santa Misa. Fue impresionante ver lo que los jóvenes lograron construir y terminar antes de la fiesta, con ayuda de los padres y de los benefactores. Faltaban algunas cosas, pero todo pasó a segundo plano porque el calor humano, el amor, la fe, y la confianza de los jóvenes, fueron más fuertes. En la Homilía, don Massimo nos transmitió muchas enseñanzas de Jesús, ayudándonos a reconocer que nosotros también somos resucitados. El padre Manuel, párroco de un pueblo cercano y que ama mucho la Comunidad, concelebró la Santa Misa. Al finalizar, cantamos y bailamos con los cantos de la Comunidad, así nos fuimos preparando más para recibir lo que el Señor nos iba a dar durante el resto del día.
Luego compartimos un rato con nuestros hijos que nos hablaron de la paz y de la fe en Dios que buscan vivir cada día. Esto nos confirmó que viven en el mejor lugar. Luego recorrimos los lugares donde los jóvenes trabajan, la huerta, los animales, la reserva de agua y la construcción para los paneles solares. El almuerzo fue preparado con mucho amor y los jóvenes lo sirvieron con dedicación. Luego del almuerzo seguimos la compartida con nuestros hijos, a las 3 de la tarde rezamos todos juntos la Coronilla de la Divina Misericordia. A la tarde hicieron el “Baile de las Máscaras”. Al finalizar el día teníamos el corazón lleno y feliz, esperando encontrarnos al día siguiente para rezar y cantar juntos. El estribillo de una canción dice que en la casa de Dios hay libertad y… lo vemos en la mirada de cada joven.
El tercer día, domingo, lo comenzamos con la oración del Santo Rosario, también llegó nuestro amigo, el obispo Monseñor Paci: verlo entre nosotros nos dio mucha alegría, le agradecemos porque fue gracias a él que comenzó esta Fraternidad en Supe. Lo recibimos con un saludo caluroso y él también siempre feliz de vernos. Nos habló de su amistad con Madre Elvira, nos contó de cuando ella fue invitada a Roma para hablar en un Congreso sobre la Eucaristía frente al Santo Padre, Obispos y sacerdotes, destacando cómo M. Elvira tenía el don de la sabiduría y de la humildad. Estaban con nosotros algunas hermanas de Villa El Salvador.
Ayudamos a preparar las flores para la procesión de El Señor de los Milagros. La procesión partió de la puerta de entrada, caminamos alrededor de la casa y luego entramos en la capilla nueva, donde los sacerdotes nos recibieron para iniciar la Santa Misa, presidida por Monseñor Paci y concelebrada por don Massimo. La capilla estaba llena de padres y amigos de la Comunidad. El Evangelio hablaba de la Misericordia, y nos confirmó la gran misericordia de Dios hacia nosotros y hacia nuestros hijos. Luego de la Misa escuchamos un audio de Madre Elvira que invitaba a los padres a caminar unidos a la Comunidad y a los hijos. Madre Elvira decía: “Padres convertidos, hijos salvados”. Hugo, el responsable de la casa, compartió que se sintió tocado por las palabras de Madre Elvira, que su familia, a pesar que vive cerca de Supe nunca fue a la Comunidad, con el tiempo pudo aceptarlo y superarlo con la oración y su entrega a los jóvenes. Las palabras de Hugo nos hicieron bien y conmovieron nuestro corazón, nos llevaron a tener más esperanza en Dios, Él siempre está junto a nosotros y quiere lo mejor.
Luego almorzamos en un clima de amistad y de hermandad. Por la tarde, los jóvenes hicieron el recital de “El Hijo Pródigo”. Se nota que hubo mucho ensayo y preparación. Las familias de Colombia hicieron un baile típico y nos invitaron a todos a participar. Al finalizar el día nos sentimos llenos de amor, alegría y paz por estos tres días compartidos, por los testimonios, por los abrazos y por tantos hijos y padres resucitados.
No queremos olvidar lo que nos dijo la Madre: “De las tinieblas a la Luz”.
¡Gracias a todos! ¡Un abrazo a todos los hermanos y hermanas de la Comunidad Cenacolo en el mundo!
Grupo de padres de Supe