MADRE ELVIRA: UN AÑO EN EL CIELO |
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Pagno, 3 agosto 2024
El sábado 3 de agosto fue la conmemoración del primer año de Madre Elvira en el Cielo. Una jornada abierta para todos los que desearan venir para dar gracias a Dios por la vida de la Madre gastada en el amor por nosotros. Hermanas, sacerdotes, familias, chicos y chicas de la Comunidad, amigos, partimos en peregrinación desde la Casa Madre de Saluzzo llevando frente a la procesión la Virgen de las Lágrimas, colocada sobre la puerta de ingreso de la casa Madre, que desde hace 41 años ve entrar y salir hijos e hijas que buscan la salvación y resurrección. Un año atrás, la misma procesión seguía conmovida y alegre, el ataúd de nuestra querida Madre Elvira hasta la Casa de Formación de Pagno, donde descansa su cuerpo.
Volvimos a vivir la alegría de saberla en el Cielo, la patria que aspiraba más que a cualquier otra cosa, y entre un rosario y el otro, escuchábamos Destellos de Luz de la Madre que nos animaban a la vida plena, al perdón, a no tener miedo porque nos espera un reino de alegría pura, de paz y de luz. Como si ya lo hubiera vivido antes de ir al Cielo, esa certeza nos interrogaba y llenaba nuestro corazón de esperanza durante el camino a Pagno. Cuando llegamos a la Casa de Formación de nuestras hermanas, nos esperaban con un video que reúne las imágenes de los últimos días de vida de la Madre, de su funeral, de la procesión con tantas personas para llevarla de Saluzzo a Pagno. Parecía que revivíamos esos momentos intensos del pasaje de Madre Elvira al Cielo, que habíamos acompañado cada noche con la oración bajo su ventana, delante del Santísimo, o cuando pasábamos a saludarla, todavía con vida, y con gran sorpresa sus ojos se abrían grandes para darnos un último saludo, un último testamento de amor. Con mucha gratitud participamos de la Santa Misa celebrada por P. Stefano y concelebrada por nuestros sacerdotes y otros amigos de la Comunidad.
Luego de una pausa para el “almuerzo a la canasta” en el jardín, eran las 15h, momento de la Coronilla de la Divina Misericordia, y luego, la danza de nuestras Hermanas Misioneras de la Resurrección, que escribieron ellas cuando partió Madre Elvira: “Nuestra Patria es el Cielo”. Con algunos testimonios termino la jornada, rica en agradecimiento, alegría, encuentros y oración.
Gracias Madre Elvira por todo lo que nos has dejado en herencia, gracias porque ahora intercedes por nosotros, mirando a tu amado Esposo y a María, Madre de nuestro Cenacolo.
La familia de la Comunidad Cenacolo