RETIRO DE PADRES EN LUJÁN |
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Los días 10 y 11 de agosto realizamos el Retiro con los padres de la Comunidad Cenacolo de las Fraternidades de Buenos Aires, recibidos y bendecidos por nuestra Señora de Luján en su Basílica. Desde allí, fuimos rezando el Rosario caminado hasta la Villa Marista, a pocos pasos de la Basílica de Luján, lugar que cada año alquilamos para realizar el retiro.
El encuentro estaba guiado por el lema: “Solo no puedo”.
P. Eugenio y P. Diego acompañaron, hablaron, explicaron, nos contuvieron, y también bromearon con nosotros. P. Eugenio reflexionó sobre la catequesis con palabras llenas de cordialidad para explicar sobre el carisma de la Comunidad y el camino de los padres:
Dijo que el Retiro es entrar en otra dimensión que nos ayuda a detener el ritmo de afuera, donde predomina la cabeza. A pensar en Dios, a estar más cerca de Él, entrando en esta invitación que nos hace Jesús que es fiel, no decepciona si lo dejamos entrar en nuestra vida, si aceptamos el camino de la oración.
“Hoy es tiempo de escuchar, escuchar al Señor, a Madre Elvira, a Padre Stefano. Dejar que la Palabra se mueva en nuestro interior, Dios se mueve en nuestra vida. Dejarle a Él la delantera, ‘quiero cambiar’, ‘necesito cambiar’…mirar profundamente en nuestro interior, sino perdemos la posibilidad de estar con Él , sino volvemos como antes.”
“Las palabras de P. Stefano nos interrogan: estamos aquí para caminar juntos, sólo no me salvo. Estamos aquí para caminar juntos, lo que es un acto de humildad, humillación. Tener más humildad. Necesitamos humillarnos para dejar a Dios actuar, es lo que nos pide. Contar nuestra historia delante de todos es humillarnos, una y otra vez. Para poder encontrarlo el camino es humillante, pero en la humildad me encuentro con Él. “Solo no puedo”
Al atardecer tuvimos la Santa Misa celebrada por P. Diego y luego un buen rato de Adoración Eucarística guiada por ambos sacerdotes. Fue un momento especial donde cada papá y cada mamá abrazaron sus dificultades y muchas lágrimas nos unieron.
El Santísimo estuvo en exposición toda la noche y fueron muchos los padres que pasaron un tiempo con el Señor.
Al día siguiente, luego del desayuno y del Rosario caminando, continuamos con la compartida y sentimos que ya éramos más amigos. A mediodía celebramos la Santa Misa final. ¡Y partimos con una alegría nueva en el corazón!
¡Gracias a la Comunidad por brindarnos esta oportunidad de compartir con otros padres unidos por la misma cruz!
¡¡Gracias Madre Elvira porque invitaste a los padres a hacer el camino de la Comunidad, tú sabías que lo necesitábamos tanto como los hijos!!
LUJAN |