PENTECOSTÉS

pentecoste 2022                                                                               DEL CORAZÓN DE LA COMUNIDAD:

                                                                            RECONOCER LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO

Cuando los jóvenes entran en la Comunidad a menudo están muy lejos de la vida de fe, y cuando escuchan hablar del Espíritu Santo piensan en algo abstracto, extraño muy lejano de nuestra vida. La palabra “espíritu” evoca en su mundo lugares misteriosos.

Luego, en el camino, comprenden que el Espíritu Santo es un amigo fiel, que nunca nos abandona: ¡es la presencia viva de Jesús, de su amor que habita en nosotros!

El milagro de Pentecostés está vivo y se renueva en nuestras casas: jóvenes y chicas son liberados de las cadenas de un pasado de miedo y heridas que cerró su corazón y el Espíritu Santo con su potencia los resucita y los hace testigos de la esperanza.

Ellos también aprenden una “nueva lengua” a través del camino de fe de la Comunidad, que ya no es el lenguaje de la violencia y de la mentira sino el del amor, de la verdad, del perdón, de la bondad, de la paciencia…

En los años de historia de la Comunidad hemos aprendido a reconocer su presencia, el “timbre” de su voz. El Espíritu Santo en nuestra jornada es:

Verdad: Él ilumina y aclara con su luz la verdad en nuestra consciencia, liberándola de la niebla del pecado y “captando” su voz, para ver nuestra vida interior claramente, con una mirada sincera que se hace arrepentimiento y misericordia.

Armonía y paz: El Espíritu Santo entra en nuestra historia, tan herida y confusa, tan caótica, desorientada y desordenada, y pone orden y armonía, enseñándonos a recibir y ver nuestro pasado con serenidad, con una luz nueva. Él nos hace sentir en paz con nosotros mismos.pentecoste1

Paciencia: cuando te piden esperar los tiempos justos de Dios con confianza, hasta que llegue el momento favorable para hablar con un hermano, y así encontrar el camino del perdón y de la reconciliación. Él nos pide saber madurar en la fe el tiempo de la espera.

Confianza: porque el Espíritu Santo está vivo y nos quiere vivos, despiertos, sin dormirnos en la fe. Él es la fantasía de Dios que siempre genera bellas sorpresas: momentos inesperados e imprevistos cambios de programa, cosas que no van como uno había pensado… El Espíritu nos obliga a ser abiertos, a no “encuadrar” personas o proyectos en un esquema rígido. Madre Elvira siempre nos dice que en todo lo que programamos o decidimos debemos dejarle una puerta abierta a Él para que pueda confirmar, cambiar o hacer desaparecer lo que habíamos decidido.

Asombro y alegría: al ver las novedades y los cambios que genera en la vida de la Comunidad. Él genera asombro y alegría en quien reconoce una presencia más grande que nosotros y que actúa en nuestro vivir. El Espíritu Santo impulsa nuestra vida a un continuo movimiento, a un crecimiento cotidiano en el camino de la fe abriendo nuevas puertas, nuevos caminos, nuevos horizontes no calculados ni programados. ¡Cuántas veces hemos sido testigos de su actuar en nuestra Comunidad! ¿Quién habría pensado, programado, calculado lo que ha sucedido en nuestra historia en estos años?

Amistad: Cuando lo sientes que te ayuda a combatir el orgullo que dentro tuyo quiere vencer. Él te empuja haciendo gritar tu consciencia y te lleva a, primero, pedir disculpas, y Él te da la fuerza para vivir el silencio, callar frente a las provocaciones, haciéndote madurar en una paz profunda más fuerte que tus razones. Es Él que ilumina tu vivir a través de la voz amiga de los hermanos que te dan fuerza y te ayudan a crecer cada vez más en tu ser un hombre nuevo, es Él quien te hace capaz de ayudar, consolar, impulsar en el camino a los que están contigo.

Consejo: Él es un amigo a quien le pedimos “buenos consejos” para no equivocarnos. Cuántas veces pidiendo “un rayo de Su Luz” nos ilumina a través de alguna persona, para una decisión grande o pequeña que tenemos que tomar. Cuántas veces Él nos responde en las situaciones de la vida que suceden.

Estos son solo algunos rasgos de cómo el Espíritu Santo obra en nuestra vida. Podríamos escribir muchas páginas pero sabemos que está presente en la historia de cada uno de ustedes.

Contemplar su presencia nos regala un confiado y alegre optimismo y nos abre los ojos para verlo vivo actuando en nuestro cotidiano.

¡Ven Espíritu Santo, Ven a Nosotros por María!

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