TESTIMONIO EN CONCORDIA

 

CONCORDIA 7Entre Ríos, Argentina
20-21 de octubre 2022

Hola, somos de la Fraternidad “Divina Misericordia”, de Villa Rosa, Argentina. Fuimos invitadas por un grupo misionero, “Entretiempo”, a Concordia, ciudad de Entre Ríos, ya que ellos, al haber misionado en ese lugar anteriormente, vieron la necesidad que tienen los jóvenes de recibir ayuda para poder salir de las drogas. Viajamos tres chicas de nuestra fraternidad y dos jóvenes de la fraternidad “Nuestra Señora de Luján” para brindar nuestros testimonios.

Al llegar pudimos dar testimonio en un gimnasio, allí un señor se encargaba de sacar a los chicos de la calle brindándoles clases de deportes, como boxeo, para motivarlos a buscar una salida que no sea la droga y a lograrlo por sus propios medios. Después nos dirigimos a un barrio llamado “José Hernández”, donde vimos una realidad muy fuerte y distinta, eran jóvenes, niñas menores de edad , que no superaban los 17 años, madres adolescentes invadidas por el fenómeno de la droga, la delincuencia, la violencia intrafamiliar, la falta de higiene.CONCORDIA 5

Nos acompañó el Padre Néstor y hablaba de la necesidad que tiene esta ciudad de la Comunidad para mujeres, donde puedan recibir ayuda para salir de la droga. Cuando testimoniamos nos sorprendía el interés con que las jóvenes mujeres se acercaban con la intención de recibir ayuda. Allí vimos esperanza, en  la pobreza, en la falta de amor, con las que ellos intentan sobrevivir.

CONCORDIA 3Con los misioneros y el padre, fuimos a la capilla “San Miguel”, donde también nos sorprendía las mujeres y los niños que había en ese lugar, con las mismas problemáticas: violencia de género, maltrato psicológico y falta de sentido de la vida. Finalizamos el día en la Parroquia del Padre Néstor, “Nuestra Señora del Valle”: allí el Padre nos pidió que contemos nuestra experiencia del día y de nuestras vidas. Al día siguiente, fuimos a testimoniar a una de las radios de la ciudad, a dos colegios y también visitamos al Obispo. Con esta experiencia que vivimos pudimos rescatar que hay esperanza, porque, sobre todo,los misioneros, se comprometieron a ayudar con estas situaciones. Nuestra Comunidad está dispuesta a abrir las puertas a las mujeres y jóvenes que se acerquen con esperanza, aunque sea pequeña, de ser ayudados. Agradecemos a la ciudad de Concordia , a los misioneros y al Padre, esta experiencia y este gran don.

CONCORDIA 2Volviendo a casa después de haber vivido esta experiencia nos dimos cuenta que hay más alegría en dar que en recibir y que a pesar que somos chicas y chicos en camino, por un momento dejamos de lado nuestra historia y nuestra heridas y nuestros ojos vieron una realidad muy fuerte que nos tocó el corazón y que nos hizo pensar que muchas veces somos egoístas en encerrarnos o concentrarnos en nosotros mismos cuando a nuestro alrededor hay mucha gente que para ser feliz le bastaría una pequeña sonrisa.

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