¡¡Villa Rosa - Mes misionero!! |
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Villa Rosa, Argentina
1° de octubre 2022
Este día por la mañana festejábamos a nuestra carmelita Luana y nos alegrábamos junto con ella en la memoria de Santa Teresita, santa que donó su vida al servicio de Dios con humildad y sencillez, patrona de las misiones y los misioneros.
Para este mes misionero que comienza hoy, nuestro grupo litúrgico preparó un tablero sobre este tema, con un planisferio encabezado por una frase que dice “YO IRÉ”.
Después, nuestra responsable se levantó en la mesa para decir una palabras emotivas, alentándonos a decir que sí a la misión en nuestras vidas, que no es solo partir a África, Brasil, Perú o México, sino también a cambiar nuestro rumbo en el día de hoy, trabajando en las pequeñas cosas…
El día transcurrió con normalidad, trabajando y conversando como cualquier sábado pero había un ambiente diferente, las chicas estaban felices, llenas de energía, preparando una sorpresa para nuestras cuatro misioneras, Elisa, Miriam, Rocío y Noelia (una ex de la Comunidad que viene muy seguido).
Después de la merienda, la música comenzó a sonar y nos dividimos en grupos: la decoración para la Adoración y el comedor empezó a tomar forma, otro grupo pensaba en los dulces…
Al atardecer hicimos la adoración con el Santísimo expuesto en el medio del campo, Noelia tocaba la guitarra, ayudándonos a entrar más profundamente en la oración. Mientras invocábamos al Espíritu Santo se ponía el sol y el cielo se ponía cada vez más rojo. Agradecimos por el don de la vida de nuestras hermanas misioneras.
Todas estábamos conmovidas, más aún cuando vimos a Elisa emocionarse por todos los pequeños detalles que habíamos preparado y en su intención nos agradeció y nos dijo que rezáramos por un milagro.
También fue una jornada rica en lo cultural: en efecto, desayunamos con arroz con leche de México; el almuerzo fue peruano con el arroz chaufa, y la cena fue una mezcla de Paraguay y Colombia, arepas y sopa paraguaya, y la bebida italiana.
Luego de la cena, Sarinha, Cassia y Crislane, tres chicas que vienen de la misión de Brasil, nos contaron sus historias, cómo fue crecer con las “tías”, son chicas que entraron para hacer un camino, como cada una de nosotras, y que después decidieron partir a donar su vida a los niños.
Nos contaron cuánto amor recibieron. También las que fueron como adolescentes – Noelia y Rocío- que vivieron la experiencia en primera persona, una en Brasil, la otra en Perú, compartieron sus dificultades iniciales, sus triunfos, la sanación y sobretodo la importancia de hacer uncamino comunitario para aprender a amar y no cometer el error de aferrarse a las propias heridas y no poder ayudar a un niño que ya viene herido por la vida.
Luego miramos algunos videos de las misiones que nos llenaron los ojos de lágrimas de emoción e hicieron nacer en nuestro corazón muchos deseos buenos y limpios, apreciando más aún el gran regalo que nos ofrece la Comunidad: la oportunidad de conocer una realidad distinta de la de nuestros orígenes y la belleza de ver con nuestros propios ojos los milagros, los niños destruidos que gracias a la ayuda de chicas, que también estaban destruidas y heridas, crecen aprendiendo a reconstruirse y a acercarse al amor de Jesús
Las chicas de Villa Rosa
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