FIESTA DE LA VIDA EN CATAMARCA...¡5 AÑOS! |
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Fraternidad "Nuestra Señora del Valle"
El Rodeo – Catamarca, 11 de junio 2022
Llegó el 11 de junio, un día muy especial para nosotros, porque festejamos los 5 años de la Fraternidad.
Si bien por estos lados estamos a punto de iniciar el invierno, debemos decir que el día comenzó helado, pero en cuanto salió el sol, que es “el poncho de los pobres”, nos dimos cuenta que nos sobraban los abrigos.
Nuestro programa comenzaba a las 9h. con la bienvenida a las familias, a los amigos y a todas las personas cercanas a la Comunidad que querían compartir un día fraterno con nosotros, festejando la vida.
Comenzamos rezando el Santo Rosario, fue hermoso encomendar nuestro día a María, dar gracias por la vida y por el camino de cada uno.
Antes de la Santa Misa tuvimos un momento de los bailes con gestos que alegraron a todos los presentes. La Misa fue presidida por Monseñor Urbanc, nuestro Obispo, junto al Padre Julio Quiroga del Pino, Padre Eugenio, Padre Marco, también llegó el Padre Tomás, un sacerdote del interior de la provincia y el padre Juan Manuel Romero, sacerdote español que está misionando en Argentina.
En la conmemoración de San Bernabé, el Obispo recordó los comienzos de la casa, el trabajo de Padre Antonio, las dificultades y luchas que atravesó, pero el empeño y la certeza de que Dios quería una casita del Cenacolo aquí. Nos invitaba a tener un corazón agradecido y a reflexionar cómo Dios a través de la Comunidad y de su presencia en nuestras vidas, nos reserva para “algo más”, nos cuida y nos piensa para una misión especial.
En muchos de nosotros resonaron estas palabras, ya que varios compartimos cómo nos tocaban.
Al finalizar, Padre Eugenio nos compartió la hermosa noticia de que dos nuevos misioneros parten para la misión de Liberia: Emanuel, un catamarqueño que se encontraba en Brasil y Johan, de Colombia. Rezamos para ellos y agradecemos a Dios por el don de sus vidas que quiere ser entregada para dar frutos en África.
Luego de la celebración, pasamos al almuerzo, los amigos y grupo de padres de la Comunidad habían preparado un rico locro y empanadas, comidas típicas de la región. Fue una cálida compartida en familia, los jóvenes pudieron reunirse con sus padres y hermanos que habían venido y charlar más ameno. Terminamos este momento sirviendo un rico café, siguiendo un poco la tradición de la vida comunitaria.
Volvimos a congregarnos en la carpa donde se desarrolló el Baile de las Máscaras, una representación tradicional de la Comunidad, preparada por los jóvenes de la casa para dar testimonio de su paso de las tinieblas a la Luz. Al finalizar, pudimos escuchar el testimonio de uno de ellos, también dieron su testimonio Jorge, Emanuel -el nuevo misionero que va a África- Diego, un catamarqueño que se encuentra caminando en nuestra casa y Martin, responsable de Mercedes. Fue lindo escuchar cómo su vida ha cambiado y lo sigue haciendo, y la necesidad que ahora tienen de agradecer por todo lo recibido.
También fue un momento especial porque pudimos escuchar a Padre Marco, que tuvo la gracia de poder estar presente con nosotros y compartirnos un poco de su vida, de su camino en Comunidad y su sacerdocio. Nos recordó cómo nuestra vida no termina en nuestro pasado, sea cual fuere, sino que eso puede ser el comienzo de algo nuevo, ya que la Comunidad mira el corazón. Trajo a colación lo que también nos dijo monseñor, “vivir como agradecidos”: agradecidos de la Providencia, del amor de la gente y de sentir a Dios en medio nuestro. Fue bonito escuchar su experiencia de escucha a la voluntad de Dios y cómo cuesta la confianza y la obediencia, pero es lo que luego nos hace vivir en plenitud.
El grupo de padres en camino, recrearon un patio criollo, bailando folklore y terminaron con un alegre carnavalito al que se sumaron los niños. ¡Fue lindo ver la superación en ellos y como quisieron manifestar la alegría de estos 5 años! También pudimos escuchar el testimonio de 2 amigos y algunos padres, quienes nos contaron sobre la presencia de la Comunidad en sus vidas.
La tarde se acercaba y con ella el fin de la fiesta, no podía terminar de otra manera que con una hermosa Adoración al Santísimo, una adoración sentida y disfrutada por muchos. Acompañada por hermosos cantos de la chicas de Villa Rosa, a quienes les agradecemos por haber venido.
Pudimos sentir cuánto nuestras vidas necesitan de Dios, Él es el único que nos puede sanar y devolver la alegría de estar vivos. El momento de abrazo entre las familias, fue muy profundo y de mucha sanación.
Finalizamos comiendo una gran torta en honor a este nuevo cumpleaños. Era el momento de bajar, de la despedida, con la noticia de que mañana podíamos volver a reunirnos en familia, con los que pudieran estar presentes.
Día Domingo
Este día comenzó con la exposición del Santísimo y la oración del Santo Rosario, con vista a las hermosas montañas y al sol, que enseguida empezaba a calentar y a abrigarnos. Luego pudimos escuchar a Padre Eugenio que nos compartió cómo se vivió la noticia y el momento mismo de la visita del Papa a la comunidad en Italia. Cómo “la fiesta es para nosotros” y cómo a veces, por nuestros egoísmos y mezquindades nos perdemos de vivirla.
También invitó a Johan a que nos compartiera cómo vivía la noticia y decisión de ir a África, fue lindo ver cómo hizo de lado sus proyectos para escuchar a Dios, cómo Él habló y le hizo saber que ése era su lugar para este momento. Nos enriquece ver el crecimiento de Johan, un joven que pasó por esta casa y que ahora puede seguir caminando hacia nuevos rumbos.
El Padre Marco presidió la celebración de la Santa Misa, en la homilía, nos dijo que nuestro corazón se creó para amar y que hay que dejarlo amar, con pasos sencillos pero concretos en lo cotidiano.
Pudimos compartir un almuerzo familiar, algunos jóvenes y papá Miguel se incomodaron para servirnos y para que todo estuviera listo: de entrada locro y luego un rico asado argentino.
Qué hermoso fue seguir conociendo a la gran familia del Cenacolo presente en diferentes lugares de Argentina.
Luego, en familia, rezamos el Rosario de la Luz caminando hacia el ingreso de la casa y al volver comenzaba la despedida ya que algunos jóvenes y familias emprendían viaje ese mismo día.
Fueron dos días de mucha gracia y bendición. Dios y María nos abrazaron cálidamente a través de la presencia de dos sacerdotes de nuestra Comunidad, de los jóvenes de Mercedes, de Pilar, de la chicas de Villa Rosa que con su presencia femenina llenaron de detalles y formas, haciendo todo más lindo. Como así también de cada familia y amigo que vinieron de diferentes lugares del país para acompañarnos y festejar con nosotros. Nos sentimos en familia y quisimos acogerlos de la mejor manera.
¡Gracias Madre Elvira, porque sin tu confianza plena en Dios, esto no hubiera sido posible!
TESTIMONIOS
Hola! Me llamo Elías, tengo 27 años y soy de la provincia de Bs.As. Hace 3 meses que estoy en la Comunidad. Les voy a relatar como pasé mi primera Fiesta de la Vida: me levanté ya con muchas ansias porque era algo nuevo para mí y también porque era mi cumpleaños… estaba con nervios y feliz a la vez. Con los chicos nos preparábamos para comenzar a recibir a la gente. Yo esperaba con ansias que llegara mi familia, era el único regalo que quería tener e este día, poder ver a mi hijo Benjamín y mi señora Cristina. Pasaban los minutos y no llegaban y veía que empezaban a llegar las familias de mis hermanos y no la mía… me estaba poniendo triste, pero gracias a Dios llegaron: mi señora, mi hijo y mi mamá, que fue una gran sorpresa, ya que no la veía hace mucho tiempo. Fue un momento hermoso que no lo cambiaría por nada en el mundo. Veía a mi familia feliz porque me veían bien, sano, lucido y limpio. Gracias a Dios fue algo hermoso. Después compartimos, les conté de la Comunidad, de lo que hacíamos, el trabajo, la oración.
Tenía una sorpresa para ellos: participar en el baile de las máscaras. Lo tenía en secreto, comimos, seguíamos hablando ya que no los veía hace mucho, disfrutaba al 100% de mi hijo, porque lo extrañaba mucho. Me contó de cómo le está yendo bien en el fútbol, algo que a él le encanta. Se hizo la hora del baile y les dije de mi sorpresa, me fui a cambiar, estaba muy nervioso, pero tenía confianza que iba a salir bien , ya que tenía un gran equipo que iba a dar lo mejor.
El baile salió muy bien, mientras bailaba veía a mi mamá y mi señora como lloraban de la emoción y eso me llenaba el alma porque me sentía vivo, contento, sentía que estaba haciendo algo bien… es algo que tienes que VIVIRLO porque no tiene explicación. Después del baile seguí disfrutando a mi familia, hasta que se hizo la hora de irse… los despedí con mucho dolor y se fueron.
Agradezco de corazón a la Comunidad por el don de estar aquí, por ayudarme a cambiar mi vida, por mi primera Fiesta de la Vida que la voy a guardar en mis mejores recuerdos para toda la vida, por darme el don de tener la primera visita con solo 3 meses, por darme un hermoso cumpleaños y por devolverme la vida. ¡GRACIAS COMUNIDAD CENÁCULO!
¡Hola! Mi nombre es David, soy de Catamarca, Argentina. Para esta fiesta, tuve el don de transmitir y guiar el baile de las máscaras. Primero agradezco la confianza por ese don, porque lo viví como tal. Al principio no sabía y tuve mis dudas de si podía o no hacerlo, pero la Comunidad me enseñó a superarme y a ver las cosas por el lado de la fe. Tuvimos dificultades en muchas oportunidades, mías y de los chicos, pero las superamos todos juntos. Ayudaba mucho la oración al inicio y al terminar. A veces veía que empezábamos mal, aparentemente pero de alguna manera gracias al Espíritu Santo encontrábamos la forma de resolverlo y eso nos daba una gran satisfacción que agradecíamos al final.
A lo largo de estos 2 meses de ensayos hubieron días variados, algunos de mucho trabajo, malestares físicos, algunos pensamientos negativos, pero sentía la importancia de realizar este acto de testimonio Sí, seguro era difícil hoy pero si podíamos dar el paso ahora, podríamos dar el paso mañana, y vivir dando testimonio de una vida transformada y gracias a Dios avanzamos juntos. Al final de cada ensayo, después de la oración final, juntábamos nuestras manos y a la cuenta de tres gritábamos ¡MÁSCARAS! Creo que esto marcaba la unión en esta lucha bonita por testimoniar con este baile.
Llegó el día de la fiesta y por ahí el estado de los chicos era de preocupación por la presentación, porque el día antes no habíamos ensayado pero lo dejamos en manos de Dios, también porque tiempo antes habíamos hecho una compartida de lo vivido en todo este tiempo, como nos enseña la Comunidad, y nos quedamos seguros que cada uno había puesto todo y que estábamos listos para presentarnos con el corazón libre y feliz de que lo que hacíamos era por amor.
Llego el momento de la presentación y fue una liberación, un momento que pasó muy rápido pero con una satisfacción grande. Los chicos me compartieron ver a sus familiares emocionados y felices y ellos también porque llegaron a hacerlo sin rendirse.
Estoy muy feliz por ellos y por mí, porque le doy mi “SÍ” a la Comunidad, que me da oportunidades para crecer y para dar más de mí.
¡Gracias, Dios, por la vida en Comunidad y por el amor de Madre Elvira que nos enseña a amar, amar, amar y servir! ¡Gracias!
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