"El Señor de los Milagros", 5 Años en Supe! |
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Fiesta de 5 años de la Casa de Supe: "Fraternidad El Señor de Los Milagros"
Perú, 30 - 31 de octubre 2021
Luego de dos meses de preparación y trabajo intenso, el fin de semana por fin llegó: el 30 y el 31 de octubre, organizamos la fiesta para celebrar el quinto aniversario de la apertura de nuestra casa en Supe: Comunidad Cenáculo, Fraternidad El Señor de Los Milagros.
Parece que fue ayer cuando nueve chicos de Brasil, Argentina, México y Perú empezaron a construir lo que por entonces era solo una construcción pequeña y mucho desierto. Ese sábado, éramos 26, nacidos en Ecuador, Chile, Brasil, Estados Unidos, Panamá, Colombia, Argentina y Perú, ahora reunidos por la Gracia de Dios y por el Sí de Madre Elvira.
Los preparativos
Inicialmente, habíamos decidido preparar nuestra fiesta con el gran deseo de transmitirla virtualmente. Pero la Vida nos concedió el regalo de hacerlo presencial y de acoger a algunas visitas.
Ese cambio de planes nos permitió concretar proyectos como la construcción de un lugar al aire libre para la Misa; acomodar espacios para acoger a las visitas; ampliar dónde comer y poder recibir a todas las personas. También empezamos a preparar los pequeños bailes que caracterizan a la Comunidad Cenáculo y también un acto cultural: el baile Los Caporales, danza típica de Perú.
Ensayamos con mucho esfuerzo, dedicación y amor para nuestros familiares y visitas, manteniéndonos ilusionados porque sabíamos que serían dos días lindos. La providencia siempre estuvo presente para llevar a cabo los preparativos.
A gradecemos al Padre Manuel, sacerdote de Barranca que nos donó ladrillos para hacer el piso y al Perfecto de Barranca, quien a través de la Universidad esa provincia, nos envió la donación de planchas onduladas de fibrocemento y los fierros para la construcción de un techo para celebrar la misa y comer al aire libre con todos los presentes.
El último mes de preparativos fue muy intenso, lleno de ensayos y prisas hasta el último momento para poder recibir a nuestros invitados.
La Fiesta
El sábado 30 recibimos la visita de Monseñor Adriano Tomasi, a quien de cariño llamamos Monseñor Pachi, quien llegó acompañado de tres sacerdotes y otros amigos de la comunidad.
La intensa jornada empezó dándoles una bienvenida tradicionalmente “cenaculina”: con canto de bienvenida y presentación. Seguidamente, Monseñor Pachi presidió la Santa Eucaristía en honor de El Señor de Los Milagros. En su homilía, nuestro amigo obispo recordó que todo comenzó con una conversación entre él y el Señor Wong después de misa. Luego de esa charla, el Señor Wong donó esta casa.
También recordó que todos pensaron que la idea era una locura, o por lo menos una aventura, porque la casa está en el desierto y no como las otras casas de la Comunidad que fueron construidas en lugares menos toscos. Pero Monseñor Pachi aceptó porque conoce muy bien Perú y sabe que abrir algo en el desierto es POSIBLE.
Después de haber celebrado la Santa Misa, las visitas escucharon el testimonio de vida de Hugo, el responsable de la casa y de Camilo, que tiene dos años de camino. Seguidamente, toda la casa presentó a la visita un baile de gestos muy animados. Se sentía el entusiasmo, las ganas, el amor y la energía; todo lo que habíamos ensayado tuvo su recompensa porque logramos transmitir mucha luz hacia nuestras visitas presentes.
Seguidamente tuvimos el almuerzo: unas ricas pizzas hechas por los chicos de la Casa y que es plato emblemático de la Comunidad Cenacolo en el mundo pero que también son las preferidas de Monseñor.
Después del almuerzo, Monseñor Pachi hizo entrega de 30 plantas de mandarina y 30 plantas de moringa y tuvimos la dicha de sembrarlas juntos, por tarde pues el terreno estaba preparado y listo. Fue muy hermoso compartir este momento con la visita, trabajar juntos y ver el entusiasmo de Monseñor de sembrarla con nosotros.
Con tanta alegría, sentimos que el día pasó muy rápido y sin darnos cuenta tuvimos que despedir a las personas como las recibimos: con un canto de agradecimiento.
Sin embargo, no hubo tiempo de respirar y e inmediatamente pusimos manos a la obra para preparar el día esperado: la Fiesta de El Señor de Los Milagros. El ambiente era muy intenso porque los chicos presentían que recibirán visita de su familia. Por fin, luego de estar aislados por la pandemia, tuvimos una visita grupal con las familias en mucho tiempo.
En ese domingo se veía la emoción en las caras de cada uno. De primero, llegaron nuestras hermanas de Villa El Salvador: las Hermanas Ana y Adevania, acompañadas de Gina, nuestra amiga de la casa de Villa. Seguidamente llegaron nuestros adolescentes, tíos y tías de Rayo de Luz, junto a Doménico y Andrea.
Ya como familia, juntas las tres casas, nos preparamos para recibir a los familiares con un momento de adoración. Las familias se juntaron todas en el molino y llegada la hora subieron todos juntos a la casa, donde los esperábamos con una linda Adoración al Santísimo.
Fue muy lindo verlos porque se acomodaron con mucho respeto en el altar que habíamos acondicionado, contuvieron las ganas de abrazar a sus hijos y todos juntos participamos de la Adoración.
Después vino la Santa Misa, celebrada por el Padre Carlos, nuestro párroco de Supe. En su homilía recordó los inicios de la casa y remarcó la valentía de cada chico de poder estar presente en aquel entonces y ahora.
Luego de la Santa Misa, Doménico, Andrea y la Hermana Ana compartieron cómo vivieron ellos el comienzo de la casa y sus experiencias personales con las familias. Esto sirvió para contarle a los nuevos cómo fue el reconocimiento del terreno, la llegada de los primeros chicos, etc.
Finalmente, los hijos se pudieron abrazar con sus padres y viceversa. Fue muy hermoso ver a las familias reunidas.
Al igual que el día anterior, volvimos a bailar los gestos junto a las familias, acompañados de nuestro coro que se preparó con mucho entusiasmo y dedicación.
El tiempo pasó muy rápido también ese domingo, los chicos llevaron a sus familias a conocer la casa, los sectores de trabajo y a qué se dedica cada uno. Como fue una fecha muy especial, volvimos a comer nuestra famosa pizza, pues los chicos querían que sus padres y madres la prueben.
Después del almuerzo, los chicos tuvieron espacio de compartir sus experiencias y su tiempo en comunidad con sus familias. A las 3 de la tarde, hicimos la Coronilla de la Divina Misericordia y después tuvimos la oportunidad de presentarles nuestro baile de Caporales.
Llenos de felicidad, despedimos uno a uno a cada familiar que se iba con muchísima alegría en el corazón y también muy tranquilo por saber dónde y cómo están sus hijos ahora, pues para muchos de ellos, era su primera visita.
Fueron dos días vividos con mucha gratitud a Dios y experimentar una vez más las vidas resucitadas, ¡Gracias Madre Elvira por tu sí! Fue lindo también escuchar a las familias agradecer el Sí de Madre Elvira. Gracias Dios porque en el desierto se puede Florecer.
Rodrigo: Vivir mi camino comunitario con alegría y perseverancia
Me llamo Rodrigo, tengo 18 años y soy colombiano. Para mí fue una experiencia muy bonita haber celebrados los cinco años de la Fraternidad Señor de Los Milagros de supe con el don de recibir a mi madre y a mi abuela. También la presencia de las familias de algunos hermanos y otros amigos de casa.
Con tantos preparativos, tanto esfuerzo que pusimos al preparar el baile, las canciones para la misa… tanta dedicación para ver cómo a las personas que estaban allí les emocionaba nuestra alegría al bailar, el carisma y tanta vida que transmitimos.
También conversando con mi familia, alegres de verme bien, de verme con ganas de cambiar y todas estas cosas hacen que se me llene el corazón de motivación, de ganas de seguir adelante con mi camino.
Veo cómo las dificultades, los días que estoy negativo, son cosas que quedan atrás y un empuje a vivir mi camino comunitario con alegría y perseverancia. Gracias.
Yordie: Este desierto florece de a poco.
Hola a toda la familia de la Comunidad Cenáculo, mi nombre es Yordie Vargas, de la Ciudad de Puerto Maldonado, Perú. Cuento cómo esperé para la celebración de la Fiesta de nuestra casa Fraternidad El Señor de Los Milagros:
Hubo mucho sacrificio, entrega y perseverancia en nuestra salvación, pero lo viví al máximo las visitas de algunas familias de amigos de casa. Disfrutamos mucho la visita de Monseñor Pachi, Obispo de Lima y de muchas personas que nos aprecian y quieren nuestro bien.
Pudimos bailar una danza de Caporales. Recuerdo lo tímido que era de hacer estos gestos. Hoy en día, lo hago con mucho amor y entrega y estoy contento por poder superar estas dificultades. Este desierto florece de a poco.
Gracias Madre Elvira donarte, por tu sí a la vida, por saber que pertenezco a esta linda familia que me devolvió la vida y que me permitió amistarme con propia familia, gracias por tenerme en tu corazón y hacerme saber que soy amado. Te quiero y es bella tu vida madre. Te queremos. Gracias.
Testimonio de padres: todo se logra con el favor de Dios
¡El 31 de octubre celebramos “La Fiesta de la Vida” de nuestra Fraternidad SEÑOR DE LOS MILAGROS en Supe- Perú: ¡CUMPLIMOS 5 AÑOS!
El solo hecho de ir y celebrar esta fiesta tan sencilla, alegre y emotiva nos llena de paz el corazón. Nuestros sentimientos son de mucho amor y agradecimiento por todo lo recibido en ese desierto que amamos.
Basta ver a lo lejos la casa para querer llegar y abrazar a cada uno de los chicos, ver en sus ojos la transparencia del alma que va a en camino de encontrar la luz que tanto rogamos para cada uno de ellos.
Muchos decían que en ese desierto nada iba a florecer, que no había forma de cultivar, pero la persistencia y sobre todo creer que todo se logra con el favor de Dios, hace que todo florezca. Más aún que florezcan los corazones afligidos.
Este aniversario fue especial para nosotros, coincidió con la “verifica” de Fer. Pasarlo con él nos hizo más felices aún. Verlo como ama su tierra, ponerse de rodillas en la arena ante el altar, no hace más que comprobar lo que él nos dijo alguna vez: EN ESTE DESEIRTO ENCONTRÉ A JESUS. Y no lo dudamos ni un instante. Regresar a sus raíces, agradecido del camino que sigue recorriendo es una muestra de humildad, sencillez y perseverancia, donde aceptar que sólo con Jesús se puede caminar de la mano hacia nuestra conversión.
Lo mismo pienso para cada uno de los corazones desesperados que luchan por salir de las tinieblas, Dios está vivo en cada uno de ellos, Dios está vivo en ese desierto.
Nuestra familia, no deja de agradecer a Madre Elvira por tan maravillosa obra, a sus sacerdotes, a las religiosas, a los guías, jefes de casas y misioneros, a Monseñor Pacci y los sacerdotes amigos, a los padres que siguen adelante, a todos y cada uno de ellos que hace posible el crecimiento de nuestra Comunidad Cenáculo. Dios los bendiga.
¡¡Dios bendiga a nuestra Fraternidad Señor de los Milagros y nos permita celebrar muchos años más!!
Mamá Ana María y Papá Fernando