Desde Villa Salvador!

 

Villa El Salvador, septiembre 2021

Queridísimos cenacolinos,

“LA PRIMERA PROVIDENCIA SON TUS MANOS.” M. Elvira

Con muchísima alegría compartimos con ustedes algunas cosas bellas que hemos vivido en nuestra misión.

Las Hermanas de San Camilo, amigas nuestras y donde sor Mari estudió hace unos años la carrera para ser enfermera, habían enviado la invitación para un Concurso de pintura para la celebración de los 50 años de la Clínica que ellas administran. Además van a inaugurar un “Comedor Popular” en un lugar bastante peligroso y donde hay pobreza, en el centro de Lima. Allí, en colaboración con voluntarios y terciarios de la Congregación, ellas hace años que fielmente preparan alimentos para la gente del lugar, a menudo vagabundos, pobres y enfermos.
Entonces, le pedimos a la hermana Anna que participara en el concurso y creara algo bello para donar. Luego de algunas dudas, sobre si teníamos que participar, finalmente se puso manos a la obra con alegría; encontramos los materiales, todo lo necesario que habían pedido… ¡todo con seriedad!Vi Salvad

En pocos días, entre preguntas a nosotros en la casa, cambios de colores, búsqueda de fotos del Fundador, las características del lugar, estaba todo listo…y antes de la fecha solicitada. Cuando lo fuimos a entregar nos dijeron que era el primero entregado. Las hermanas estaban contentas que las consagradas también participaran en el concurso, signo de comunión en la Fe y la oración.

El día de los premios todo estaba preparado con esmero, había 26 cuadros pero, frente a la Asamblea de la Clínica, solo habían sido convocados los tres primeros ganadores, ¡entre los que estábamos nosotros! Hermana Anna estaba muy emocionada, pero feliz de estar presente junto con hermana Adevania y nuestra fiel amiga Dra. Natalia, siempre lista para acompañarnos en los momentos importantes. Hermana Anna ganó el Primer Premio, se los compartimos porque fue muy bello ver la alegría en el rostro de las hermanas, muy emocionadas y conmovidas. Algunas preguntaban: “¿Pero, cómo lo hiciste? ¿Cómo nos conoces tan bien para poner perfectamente en un cuadro nuestro carisma?”

Hermana Anna les contó que Hermana Mari a menudo hablaba de ellas. De cómo la quisieron y acompañaron en los años de estudio y que fueron muy importantes en su camino de Consagración, y también de todo lo que ellas hacían concretamente por los enfermos.
En su discurso de agradecimiento, Hna. Anna comenzó diciendo: “Para mí a veces es más fácil pintar que hablar. Este cuadro refleja sus vidas, pero también las nuestras. Lo que nos une es la caridad y el amor, ustedes hacia los enfermos, nosotras hacia los niños.”

FUE UN DÍA DE MUCHA ALEGRÍA Y FIESTA, LAS HERMANAS, CON LÁGRIMAS EN LOS OJOS Y ASOMBRADAS. AGRADECEMOS A LA DIVINA PROVIDENCIA QUE NOS ACOMPAÑA EN CADA PASO Y SIEMPRE NOS SORPRENDE CON LA GENEROSIDAD DE AMIGOS FIELES, GENTE QUE NOS QUIERE Y AMIGOS QUE NOS SOSTIENEN.

Gracias, Madre Elvira, tú nos enseñaste que la primera providencia son nuestras manos. Podemos amar mucho y dar mucha alegría a los demás cuando usamos los dones que Dios nos dio.