PENTECOSTÉS EN EL CENACOLO! |
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“Jesús está ahora y siempre entre nosotros: y de Él arriba nuestra fuerza, nuestra perseverancia, nuestra alegría, justo de la presencia de Jesús entre nosotros con la fuerza del Espíritu Santo”.
(Papa Francisco, Angelus 24 mayo 2020)
Agradecemos al Espíritu Santo que siempre está con nosotros porque es creativo y abre horizontes nuevos e inesperados.
Este año a causa de la emergencia COVID parecía difícil poder festejar juntos Pentecostés: sin embargo, el domingo, a través de la modalidad streaming, la Virgen nos reunió en el “Cenacolo” de la Casa de Formación con Madre Elvira, Padre Stefano y las Hermanas Misioneras de la Resurrección y fue una fiesta.
El Espíritu de Jesús Resucitado descendió con potencia para hacernos vivir momentos de intensa oración y de alegría profunda y para hacernos sentir que si bien no podemos estar juntos físicamente, seguimos siendo una única familia grande.
A la mañana comenzamos con la oración del Rosario, y la infaltable catequesis “Scintille di Luce” (“Destellos de Luz”) de Madre Elvira que nos recordó la importancia de amar y encomendarnos a la Virgen María porque Ella reunió a los apóstoles en el Cenacolo y gracias a Su fe el Espíritu Santo pudo transformar esos 11 discípulos miedosos y con dudas en misioneros fuertes y valientes.
En la homilía el Padre Stefano nos recordó la belleza de poder celebrar este Pentecostés justo donde vive Madre Elvira. Nos dijo que los apóstoles estaban en crisis, perdidos, atemorizados, pero la Virgen los hizo rezar.
Este tiempo de pandemia es para cada uno de nosotros un tiempo particular en el que sentimos que tenemos que rezar más para dejar habitar el Espíritu, para sentir que el Amor que une al Padre y al Hijo es también el Amor que nos abraza, nos sana, nos guía, nos sostiene en cada momento.
En el ofertorio, las hermanas cantamos “Suscipe”, un canto en latín tomado de una oración de San Ignacio de Loyola que dice: “Toma Señor y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi inteligencia…dame solo tu amor y tu gracia y eso me basta.”
A Madre Elvira le gustaba muchísimo este canto y para nosotros es muy conmovedor ver que hoy, nuestra Madre, con su vida y llevando la cruz con mucho amor, encarna las palabras de esta oración.
Después de la comunión le regalamos a Madre Elvira otra canción que ella ama: “Veni Sponsa Cristi” (Ven Esposa de Cristo y toma la corona que Dios ha preparado para ti desde siempre.)
Al presentarla, sor Claudia dijo: “Gracias Madre Elvira porque eres una bellísima Esposa de Jesús y Él está muy contento contigo.”
También sor Aurelia ha saludado a Madre Elvira agradeciéndole su gran fe. Siempre es un gran regalo cuando está con nosotras porque ha estado con nuestra Madre desde el comienzo y es para todos nosotros un ejemplo luminoso y una presencia importante.
Agradecemos al Señor por el don de seguir a Jesús y pertenecer a la familia de las “Hermanas Misioneras de la Resurrección”.
La llamada es una bellísima sorpresa que el Espíritu Santo ha hecho a la vida de cada una de nosotras y estamos felices de haber podido renovar durante la Celebración Eucarística los votos de pobreza, obediencia, castidad, y servicio y amor a los pobres.
Al finalizar la Santa Misa hubo algunos testimonios y bailes para contar el milagro de nuestras vidas resucitadas y dar alegría al corazón de Dios.
Madre Elvira siempre nos pidió a las hermanas que bailáramos y ahora vemos qué bueno es este don para nuestros corazones. Creamos un video-danza sobre una canción escrita hace muchos años por Gilberto, hijo de la Comunidad, ya en el cielo.
Las palabras de este canto son muy bellas y se adaptan a este momento que estamos viviendo: abrazar la cruz y sentir que la Virgen María está siempre con nosotros para acompañarnos y sostenernos.
Agradecemos que el Espíritu Santo nos iluminó para poder vivir a fondo este día. Gracias porque pudimos bailar frente a la Casa de Formación, en un paisaje hermoso y, con la ayuda de las chicas de Florida, armar un video que enviamos para compartir con todos ustedes.
Gracias a la tecnología pudimos hacer una video-llamada a sor Lorenza, quien junto a otras tres hermanas, está cuidando constantemente a Madre Elvira, escuchar su testimonio de lo que vive hoy junto a la Madre .
Gracias por todos los que hicieron posible vivir este Pentecostés de una manera tan especial, gracias a todos ustedes por su amistad, por sus oraciones, gracias a la Virgen María que continua reuniéndonos en el Cenacolo, gracias a Madre Elvira que se dejó usar por Dios para que la Comunidad fuera esa “habitación en el piso superior” en la que unirnos en oración y gracias al Espíritu Santo que nos abraza con Su Amor y continua iluminándonos y sorprendiéndonos.
PENTECOSTE |