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Retiro de los Responsables Coloquios |
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Pilar, 6 – 7 de marzo 2020
“¡Testimoniemos con nuestra vida que Dios existe y que nosotros lo encontramos!” (Madre Elvira)
El Retiro para los Responsables de los Coloquios se realizó este año en la Fraternidad Nuestra Señora de Luján, en Pilar. El viernes por la tarde comenzaron a llegar los responsables de los lugares más lejanos.
Fue muy lindo y emotivo el arribo de las personas que colaboran con los coloquios en Perú: Ana María y Fernando, Cesar y Frieda, sor Mary, Andrea, la esposa de Domenico…un bello grupo. También llegó Antonia de Brasil, las amigas de Trelew, los responsables de Paraguay, de Comodoro Rivadavia, San Luis y todos los que colaboramos en Buenos Aires.
El sábado temprano tuvimos un buen momento para conocernos en el desayuno. Luego fuimos a la capilla y frente a Jesús Eucaristía rezamos los Misterios de Gozo del Santo Rosario. Permanecimos un buen rato en Adoración al finalizar. Luego, un amigo leyó la catequesis de Padre Stefano sobre los coloquios. La importancia que tienen en el camino comunitario y cómo los jóvenes siempre recuerdan ese primer encuentro con la Comunidad. Tiene que quedar claro que es el lugar de oración y donde se puede compartir. En el silencio nos fue entrando muy profundo las palabras que nos enseñaban la actitud de humildad, de sencillez y oración que tenemos que tener frente a la familia herida. El final del camino siempre es la conversión, tanto para los hijos como para los padres y colaboramos con el Espíritu a abrirles los ojos a la fe.
En la catequesis de Padre Eugenio se refirió a los problemas concretos de Argentina, de las diversas provincias y otros países de Sudamérica. Encontrar soluciones sencillas y nuevas, prácticas. El cristiano siempre cambia, no tenemos que copiar de Italia pero tampoco inventar. Las respuestas siempre vienen del carisma de la Comunidad. Padre Michel nos explicó el significado de “padres convertidos, hijos salvados”, dijo que “el camino de los padres es casi más importante que el de los hijos”, debemos darle más importancia al Grupo de Padres en Camino que son lo que están cambiando junto con el hijo.
Terminamos la mañana con la Santa Misa animada con gestos y la alegría de todos, para ir a comer la pizza que estaba muy buena.
Luego del almuerzo rezamos el Santo Rosario caminando por el parque de la fraternidad y una vez instalados en la capilla comenzó la compartida, cada uno habló de cómo se sentía frente a esta tarea, qué sentía en su corazón al hacer los coloquios, de los logros y las dificultades de los coloquios en su lugar. Se compartió extensamente hasta la noche. Y es cierto que los problemas son muchos, que los tiempos han cambiado, pero todos coincidieron en la fuerza de la Comunidad y el poder de la oración, en esa alegría en el corazón al poder transmitir lo que amamos y que tanto bien nos hizo.
Luego de la cena rezamos la Coronilla de la Divina Misericordia.
¡Qué bendición poder estar en los coloquios, recibir y acompañar tantos padres y familias que llegan tan perdidas y desesperadas como estábamos nosotros y poder brindarles esperanza. Sentir que yo soy ese que llega y poder darle el mismo amor de Dios que yo recibí..
Gracias Madre Elvira por haber tenido una mirada amplia y lúcida para incluir a los padres y amigos en el camino. ¡Gracias Señor!
