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¡Testimonios en Colombia! |
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Colombia, 14 al 21 de Mayo 2017
Es lindo poder compartir la experiencia vivida en Colombia durante una semana, recorriendo y testimoniando nuestro camino, de las tinieblas a la Luz.
Fuimos recibidos en el aeropuerto "El Dorado" en Bogotá, por amigos de la Comunidad, y luego nos dirigimos hacia Cali, donde un grupo muy afectuoso nos dio la bienvenida, desde el primer momento nos sentimos en casa, en familia.
El padre José María nos recibió en su parroquia con los brazos y el corazón abierto. En algunas Iglesias y escuelas llevamos un mensaje de vida y esperanza y también de prevención para todas las personas que con mucho respeto y atención nos han escuchado, ya que no es fácil hablar de uno mismo, asumiendo que somos frágiles y que hemos caído, pero remarcando que el amor y la misericordia de Dios es mucho más grande.
También hubo espacio para un encuentro entre los amigos de la Comunidad y otro con los responsables de hacer los coloquios, de Cali y de Cucuta.
Nos ha tocado mucho el corazón ver que las familias también hacen su camino de conversión, con mucha fe, sacrificio y esperanza... como nos enseña la Comunidad.
Fue conmovedor escuchar a los papás compartir que vivieron la Cuaresma de una forma sencilla y concreta con la oración, limosnas y ayuno.
Fue muy agradable el encuentro con Monseñor Darío de Jesús, nos recibió en su casa, en la ciudad de Cali. También Don Eugenio se ha encontrado con el Obispo de Cúcuta. Es bueno saber que las puertas se están abriendo.
Después fuimos a Cucuta, una ciudad donde sentimos el calor del clima y el afecto de la gente. También allí hay un grupo de amigos que ya hace 3 años trabaja con la Comunidad.
Hicimos nuestros testimonios y hubo un encuentro donde escuchamos las vivencias y dificultades de las familias que sufren por sus hijos drogadictos...
Fueron días muy exigentes, gracias a Dios también pudimos vivir la Eucaristía diariamente, la oración del Santo Rosario, y momentos fuertes de oración en dos encuentros de fe donde fuimos invitados a participar... Porque también es necesario nutrirnos el espíritu, para luego poder llegar al corazón de todas las personas que Dios colocó en el camino.
Estamos contentos y con Paz en el corazón, porque encontramos gente que hace tiempo camina junto a nosotros en la Comunidad.
Hemos colocado una semilla más en la tierra colombiana, y confiamos plenamente en la Providencia, siempre fiel de Dios y en la protección que la Virgen María nos brinda todos los días...
Para que se cumpla la voluntad de Dios y un día, cuando Dios quiera, abrir una puerta más de la Comunidad Cenacolo aquí en Sudamérica.
Agradecemos a Dios y a María por ser parte de esta gran, gran familia.
¡¡Gracias muy especialmente a nuestra madre Elvira!! Por su inagotable “sí” y por su ejemplo vivo de fe. Gracias.
Estoy muy feliz de formar parte de esta gran familia que es la Comunidad Cenacolo, y me llena de alegría ver que cada día va creciendo más y que por la Comunidad la gente se une en oración en lugares lejanos.
Después del testimonio en Colombia puedo ver la gran presencia de Dios en mi vida por medio de personas que dan sus vidas sin pedir nada a cambio con la única finalidad de ser felices junto a Dios.
Cuando fuimos recibidos en Cali me sentí como en familia, sin conocer a muchos de ellos sabía que la Comunidad nos une. Un gran grupo de amigos puso el corazón para que pudiéramos testimoniar en escuelas con jóvenes que se encuentran en un mundo difícil y que pocas veces escuchan una voz de esperanza.
También fue muy grato conocer al P. José María, quien con su carisma transmite mucha fuerza en la oración y en el día a día.
Darme cuenta que las parroquias están llenas de gente que necesitan una respuesta me hizo ver que soy afortunado de formar parte de la Comunidad y me anima a seguir fiel en este camino de fe.
Cuando visitamos al Arzobispo Darío vi una cara de la Iglesia más alegre que confirma la necesidad del pueblo que quiere vivir en Cristo.
También visitar Cucuta y ver allí el interés por la Comunidad hace sentir cómo va creciendo la Comunidad día a día y que todo lo que pasa es obra de Dios.
Cuando estuve presente en los coloquios y al ver tantos jóvenes necesitados de esperanza, aumentaron mis ganas de caminar en el bien y ver que ahora es para toda la vida.
Agradezco a la Comunidad por la enseñanza y esta gran oportunidad de conocer Colombia y dar mi testimonio de vida.
Y gracias al “Sí” de Madre Elvira hoy puedo decir que mi realidad es en Dios y sólo con Él.
Gracias. Ciro.
