Queridísima Madre Elvira, la cercanía de tu cumpleaños siempre es un momento particular porque el corazón siente de manera especial la necesidad de agradecer al Señor por el don de tu vida. Agradezco siempre al Señor por todo lo que nos ha dado a través de tu corazón, por tus palabras dirigidas a nosotros, los jóvenes “perdidos”, por los gestos de madre y de amiga que tienes. Gracias por la confianza que con tu “Sí” al Señor nos has enseñado, gracias por tu coraje de arriesgar. Eres una mujer de Dios, para mí y para todos. Gracias porque te dejaste envolver por el Señor en esta bella historia del Cenacolo y nos atrajiste a todos nosotros. El Señor, gracias a ti, nos ha donado una vida nueva, para consagrarnos para siempre, dándonos el poder de ser llamados hijos de Dios. ¡Bellísimo! ¡Feliz cumpleaños, Madre! El Señor te recompense por todo el bien que nos has hecho! Tu hijo, Don Ivan.
Gracias Madre Elvira porque a través de la vida consagrada reencontré la oración, la esperanza, el amor y las ganas de ser bueno y saber donarme en cada situación. La belleza de tenerte como Madre en la familia del Cenacolo es el don más grande porque me has enseñado a ensuciarme las manos y a no tener miedo del pecado, a tener siempre confianza en el Señor. Gracias porque me hiciste conocer a María y porque en este camino encuentro todos los días la Misericordia de Dios. Gracias porque todavía hoy con tus 80 años siguen enseñándome con tu mirada y con tu sonrisa a no bajar los brazos!!! Te quiero mucho, mucho, mucho. Que el Señor bendiga siempre tu camino, gracias porque eres. Tu hijo Fr. Luca
Queridísima Madre Elvira, pensar en ti es “un tiempo de Alegría”, porque ese Jesús que tú has amado, amado, amado y servido…en todos nosotros, ahora vive en ti, Su esposa: late en tu corazón, tenaz y valiente, brilla en tus ojos, luminosos y cristalinos, lucha y sufre en tu cuerpo, consumado por amor. Gracias, Madre, porque conocerte y caminar contigo nos ha llevado a Cristo, nos hizo Sus discípulos, nos enamoró de Él, el único Amor Verdadero. Gracias porque en tu abrazo renació mi vida y el Paraíso, hoy, está un poco más cerca, entre nosotros. ¡Feliz cumpleaños! Con afecto, tu hijo para siempre, Don Andrea
Queridísima Madre Elvira, hoy agradezco a Dios ese día que me hizo encontrar una mujer como tú: una mujer enamorada de la vida cuando yo odiaba la mía, una mujer de fe cuando yo ya no creía más en nada ni en nadie, una mujer llena de alegría cuando mi corazón lloraba de dolor y de tristeza. Gracias porque siempre fuiste una mujer con el corazón abierto, rebosante de amor. Gracias porque me hiciste ver que la verdadera alegría está en servir, servir, servir y amar. Gracias Madre Elvira por tu “Sí” que llenó de gloria y alegría muchos corazones tristes y heridos de jóvenes y de familias. En este día especial, hace 80 años, Dios quiso regalarle a este pobre mundo un don –tú- pensando ya en todos nosotros. Hoy te deseo de todo corazón, que por la intercesión de la Santísima Virgen, Nuestro Señor Jesús dé a tu vida todas las gracias que necesitas. Que la serenidad y la paz que durante muchos años transmitiste a los demás, hoy estén contigo. ¡Gracias, Elvira, es bello que tú existas! ¡Jesús está contento contigo! ¡Te quiero mucho, mucho! Fratel Hubert
¡Queridísima Madre Elvira, gracias de corazón por este día tan importante para mi vida y la de todos tus hijos! Elvira, gracias porque acompañaste mi vocación, porque la sostuviste con tu amor y tu oración, gracias por todas las veces que me dijiste la verdad, por ser siempre la primera en todo, por ser hasta hoy un ejemplo luminoso de fe fuerte, de profunda bondad, de ternura materna; gracias por tu misericordia y tu perdón frente a mis miserias y pobrezas. Gracias por todos los momentos de alegría que me has dado, por haber estado muy cerca en los momentos más difíciles de mi camino. Agradezco de corazón al Señor por el regalo inmenso que nos hizo porque con tu nacimiento renació mi vida y la de muchos jóvenes. Tu hijo, don Massimo