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ENCUENTRO DE LAS MUREJES PARA EL CUMPLEAÑOS |
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21-24 Enero 2016
ENCUENTRO DE LAS CHICAS PARA EL CUMPLEAÑOS DE MADRE ELVIRA
Hace pocos días finalizamos la fiesta por el cumpleaños de Madre Elvira. Con mucho asombro recibimos la noticia que las chicas de la Comunidad podíamos quedarnos unos días más de lo previsto. Más grande fue la ternura de Dios que, a través de la Comunidad y de nuestros sacerdotes, nos cuidó estos cuatro días.
Llegamos desde todas las casas: de Francia, Croacia, de las más cercanas y de las más lejanas. Los jóvenes de Saluzzo hicieron sus maletas para dejarnos toda la casa a nosotras y así, desde el miércoles a la noche la fraternidad fue femenina! Comenzamos el encuentro el jueves 21 de enero, justo el día en que nuestra querida Madre Elvira cumplía sus 79años de vida gastada, consumida, bailada y tribulada en el amor!
¡Cuántos bellos momentos juntas! Paseamos por el bosque, llegamos a la Casa de Formación donde le cantamos a Madre Elvira el feliz cumpleaños, cada una con un adorno: una flor de papel, un sombrero de colores, guirnaldas.
Madre Elvira estaba muy feliz de ver a sus hijas reunidas y entre saltitos repetía: “¡la vida! ¡La vida!” con la alegría y la libertad de una quinceañera. ¡Qué fuerza y cuánta alegría todavía nos transmites, querida Madre!
El almuerzo fue en Saluzzo, algunos hermanos nos esperaban. Les agradecimos por estos días pasados entre cacerolas y por habernos preparado cada día el desayuno, el almuerzo y la cena: ¡gracias de corazón!
Por la tarde tuvimos la Santa Misa con el Obispo de Saluzzo y por la noche hubo testimonios de algunas hermanas y de las chicas.
El viernes se había organizado en Envíe. ¡El coro totalmente femenino, con batería y guitarra elé
ctrica, inició la danza! Luego rezamos y cada una, espontáneamente agradeció frente a la Eucaristía por el don de la vida y por todo el bien recibido. La Santa Misa fue celebrada por Don Ivan: gracias porque siempre logras conmovernos y alentarnos con tus homilías fruto de una vida que hace camino lo que predica. ¡Gracias!
ctrica, inició la danza! Luego rezamos y cada una, espontáneamente agradeció frente a la Eucaristía por el don de la vida y por todo el bien recibido. La Santa Misa fue celebrada por Don Ivan: gracias porque siempre logras conmovernos y alentarnos con tus homilías fruto de una vida que hace camino lo que predica. ¡Gracias!Luego del buen almuerzo, un rosario caminando por el campo, y nos reencontramos para ver un video con fragmentos de la vida de Madre Elvira, de joven y de anciana. Finalmente, todas llorábamos de emoción y de asombro al recorrer los pasos de la Providencia en su vida y en su maravillosa historia, que es también la nuestra.
Las hermanas y las chicas de Pagno prepararon un baile con la canción “Hija de una Victoria”. Luego dieron su testimonio una pareja de misioneros, Andrea y Valentina, una joven en camino, Nicolina, y dos misioneras, tía Bárbara de Perú y tía Ana de México.
No podía faltar la tradicional pesca de los santos que hacemos todos los años para el cumpleaños de Madre Elvira, en la que cada fraternidad recibe un Santo o Santa que será su patrono durante todo el año. Después, la tota y le dimos los regalos que habíamos hecho a mano en cada fraternidad. Padre Giancarlo presento un video que explica el Jubileo de la Misericordia y su significado, para prepararnos al día siguiente que iríamos al Santuario Jubilar en Cussanio.
El sábado fuimos caminando hasta ese Santuario entre Rosarios y testimonios. Nos esperaban con alegría los padres del grupo de Cussanio con un excelente almuerzo hecho por ellos! Nos encantó la generosidad de los padres que se ocuparon de todo lo necesario: algunos cocinaron, otro servía, otro más hacía al café. Una bella cadena que habla del amor que nos tienen a la Comunidad. Otra vez gracias por el recibimiento! Por la tarde pasamos la Puerta Jubilar y nos quedamos a la Santa Misa celebrada por Padre Stefano.
El domingo fuimos a saludar y agradecer a Sor Aurelia, que abrió la Comunidad junto a Madre Elvira. Luego celebró la Santa Misa Don Andrea seguido por el almuerzo con que finalizaba el encuentro.
Nos sentimos muy bien, rezamos, compartimos, reímos y lloramos. En especial nos sentimos en familia aunque veníamos de distintas casas. Una vez más le decimos gracias a Madre Elvira y a su vida: ¡Gracias Señor por que la pensaste y gracias también a ti, Padre Stefano, por el don inmenso de tu sacerdocio! Ahora regresamos a nuestras fraternidades pero con mucha fuerza, mucha fe y más gratitud. ¡Hasta la próxima!
CUMPLEANOS MUJERES |
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