... y también 10 años en Argentina

“Otros granos cayeron en buena tierra y dieron su fruto” (Mc 4, 8)

Fraternidad Nuestra Señora de Luján, 9 diciembre 2015
 
Queridísima Madre Elvira, P.Stefano, Hermanas Misioneras de la Resurrección, Hermanos consagrados, y todos los jóvenes de la Comunidad, 

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Estamos felices de contarles la inmensa alegría que hemos vivido al celebrar los 10 años de vida de la Comunidad en esta tierra Argentina. Desde el sábado hasta ayer fueron días intensos y ricos, donde verdaderamente percibimos la presencia del Espíritu Santo que ha derramado sobre nosotros lluvias de gracia abriendo las puertas de nuestro corazón.
Esta fiesta de los diez años de vida coincidía además con la Apertura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia puesto por nuestro Santo Padre Papa Francisco. Qué bello pensar que la primera casa abierta en su tierra haya sido justo diez años antes del día de la apertura de este Gran Jubileo, el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. Haber abierto una Comunidad en esta tierra hace diez años es un poco como haber anticipado ya hace diez años la apertura de la Puerta de la Misericordia, ya que la Comunidad se puede equiparar a una gran puerta de la Misericordia a través de la cual cada chico que entra es recibido, abrazado, acariciado por el amor de Dios, que es una Amor incondicional, pronto para abrazar nuestras miserias, pobrezas y debilidades.
 
Para celebrar estos 10 años vinieron muchísimos amigos, parientes, y jóvenes ex de la Comunidad. Pero muy especialmente estuvieron junto a nosotros, Don Iván, Sor Mely y Sor Lina, Andrea y Valentina con la pequeña Clara, llegados de la misión de Perú, luego de haber festejado también ellos los diez años de la misión. Del Brasil vinieron Antonio y Elizabeth con sus 

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niñas, quien está hace años en la misión de los jóvenes en Jaú, ahora quisieron vivir este momento importante de comunión con nosotros. Don Eugenio llegó con una combi colmada de jóvenes de las distintas realidades de Brasil (de los cuales algunos ya habían estado un período en la Argentina) mientras que de Italia llegaron Don Michel y Santiago para completar. Era conmovedor contemplar muchos jóvenes que habían pasado por estas casas volver a verse y abrazarse con mucho afecto luego de tanto tiempo. Brasileros, argentinos, chicos que todavía no han terminado el camino, nos encontramos con mucha alegría y deseos de agradecer al Señor por el gran don que ha sido la Comunidad para nosotros y por la amistad que nos ha unido en estos años.
 
Luego escuchamos el testimonio de los primeros amigos y jóvenes que dieron origen a esta casa para hacer memoria y recordar el pasaje de Dios que ha dado vida a la Comunidad en esta tierra. Recordamos mucho a Madre Elvira, como está ahora, pero también todas las cosas que dijo e hizo en los días de la apertura.
 
Nos asombramos al ver cuánta vida sigue llegando para casi llenar estas tres casas de Argentina y cuántos jóvenes de edad (la gran mayoría!) llegaron con la sed de respirar aire limpio, de vivir una vida verdadera, donde poder beber la frescura del amor de Dios y de los hermanos. Todo esto nos hizo recordar las palabras del Cardenal Rylko en la Fiesta de la Vida de 2014, cuando nos exhortaba a hacer memoria de nuestros orígenes para mantener vivo el carisma de la Comunidad y nos alentaba a sostener la vida de los más jóvenes porque son el futuro de la Iglesia y del mundo.
FDV Mely IvanEl lunes, como de costumbre, vivimos en Buenos Aires un encuentro intenso con los responsables de los grupos que realizan los coloquios en América Latina. Estaban presentes los varios grupos de Argentina (Buenos Aires, Chubut: Comodoro Rivadavia y Trelew, Catamarca, San Luis) , de Brasil con Antonio y la sorprendente y determinada presencia de un grupo de Paraguay (Asunción) y otro de Colombia (Cali). Además de muchos jóvenes que ya llegan desde Perú y de México a través de nuestras misiones. Estos amigos y colaboradores que llegan de estas tierras más lejanas, verdaderamente nos conmovieron por su gran dedicación y ganas de salvar las vidas de los jóvenes de sus ciudades. ¡Nos asombraron sus testimonios y su sacrificio, pero sobretodo porque apoyan la existencia de sus grupos en la oración, como lo enseña la Comunidad, rezando juntos el rosario y además haciendo la adoración nocturna el sábado, para estar más unidos a nosotros, de la Comunidad!
 
Ayer, el día de la Fiesta de la Inmaculada Concepción celebramos la Santa Misa en la fraternidad. P. Ivan nos habló de la Misericordia de Dios, que pasa fundamentalmente por la Verdad, cómo el ser verdadero y transparente nos limpia por dentro y nos vuelve inmaculados a semejanza de la Virgen María. Sus palabras simples y concretas penetraron en el corazón de los jóvenes. Luego Don Eugenio hizo arrodillarse a cuatro jóvenes que desean salir de la Comunidad, para recibir la Bendición. Esta bendición no significa que ya “llegamos”, sino que es fuerza de Dios para proteger y custodiar su camino que sigue en el mundo de afuera.
 
Agradecemos mucho sus oraciones que han sostenido estos encuentros, que permitieron que el Espíritu Santo sople en las catequesis, en las adoraciones, en la Santa Misa.
 
danza.de.mascara.jpgUn abrazo fuerte a todos ustedes y sobre todo a nuestra Madre Elvira, que seguro estaba presente con nosotros en el Espíritu, pasando y caminando entre las sillas , alrededor del altar, para darnos fuerza, para darnos el Espíritu de Dios, para consolarnos, alegrarse con nosotros, para darnos un abrazo, una caricia (¡de las más firmes!) como tenía la costumbre de dar!
 
¡Un gran saludo de la Argentina, tierra muy fértil, donde la semilla caída en la tierra está dando mucho fruto!
 Don Eugenio, Don Ivan, Don Michel, Fr. Luca, Davide y toda la familia argentina de misioneros, jóvenes y amigos.