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Miércoles 8 de diciembre 2021

Fraternidad “Buen Samaritano”, Roma

                          El Papa en la Comunidad Cenacolo: “No tener miedo de nuestras miserias”

Francisco visitó privadamente por la tarde, la “casa” de la Fraternidad Buen Samaritano en Roma: escucho cantos y testimonios de los voluntarios y jóvenes de la asociación que recibe a quienes viven en el malestar físico y espiritual. Con una oración en la capilla, realizada por los jóvenes, el Pontífice concluyó el Año dedicado a San José.

Papa sito3“¡Dos minutos y llega!” Es un joven con barbijo que anuncia, cerca de las 16.18 el arribo de Papa Francisco a la Fraternidad “Buen Samaritano” de la Comunidad Cenacolo en Roma, donde el Pontífice cerró el Año dedicado a San José inaugurado el 8 de diciembre de 2020. Jóvenes y chicas, familias, sacerdotes, hermanas y hermanos consagrados de esta realidad que emana gracia, alegría. Estaban listos para recibirlo desde hacía 30 minutos en el camino de entrada. Desafiaron la lluvia y todos, chicos y grandes, agitaban manos de cartón y cintas de colores. Esperaron al Papa rezando el Credo y el Rosario, el que todos los días rezan tres veces “para agradecer” y para ordenar una vida vivida anteriormente en el caos total.

¡Bienvenido entre nosotros!

Un canto al Espíritu Santo, con guitarras y platillos, saludó el paso de la camioneta azul oscuro del Papa. Los jóvenes, a medida que avanzaba, lo seguían corriendo. ¡”Bienvenido, bienvenido a nosotros!” cantaban en cuanto Francisco descendió del auto, acompañado por Don Luigi Epicoco, asistente espiritual del Dicasterio de la Comunicación. Con barbijo, pero con una visible sonrisa, el Papa saludó a todos y luego entró a la casa que hace tres años fue concedida a la Comunidad Cenacolo por las laicas consagradas del movimiento FAC (Fraterna Ayuda Cristiana). Quedaban pocas de ellas por la crisis de las vocaciones y la casa ha “renacido” gracias a esta experiencia de compartir. “Son como mamás y las abuelas aquí, sobre todo para los jóvenes que cargan con las heridas del abandono”, nos cuentan en la casa.
El recibimiento al Papa Francisco

Una sola regla: el amor.

Dos niños reciben a Francisco son los hijos de Andrea Giorgetti y de su esposa Antonia, hoy responsables del “Buen Samaritano”, ayer dos drogadictos que veían cómo su vida se perdía pero que en esta realidad lograron recomenzar encontrando solo el amor. Es lo que sor Elvira Petrozzi –conocida como Madre Elvira- impuso como regla a esta Comunidad fundada el 16 de julio de 1983 en una casa arruinada y abandonada en la colina de Saluzzo, hoy ramificada en cinco continentes (71 casas en 20 países, particularmente en América Latina) El objetivo es recibir personas marginadas y desesperadas, arruinados por situaciones de destrucción física y espiritual, muchas veces atrapadas en el túnel de la droga y el alcohol. “Una respuesta de la ternura de Dios al grito de desesperación de tantos jóvenes perdidos, engañados, desilusionados, que buscan la alegría de vivir”. Así se describe la Comunidad Cenacolo en el Sito y así se presentó ante el Papa.

De custodiados a custodios

Marco, también era tóxico, ahora está casado y es padre de 4 hijos que – casi llorando (“Creía que me explotaba el corazón”)- recibió al Papa en el Auditorio del edificio, luego de un canto y baile de bienvenida. “Arrodillado frente a Jesús me sentí perdonado y amado. Aquí no encontré la metadona sino un ángel custodio. Antes, la gente me preguntaba: “¿Cómo estás?” y yo eludía esta pregunta, luego comencé a responder y ahora yo le pregunto a los demás: “¿Cómo estás?” Frase que explica el camino que realizan muchos voluntarios en la fraternidades: primero recibidos por Madre Elvira y sus colaboradores, que luego de concluir este camino de oración, trabajo y acompañamiento, decidieron ponerse a disposición para ayudar a otros. Ellos no hablan de ayudar sino de “donarse”.Papa  sito4

Un film sobre San José

Y de este donarse forman parte las diversas actividades: talleres de restauración y limpieza (“porque la limpieza exterior es signo de la limpieza interior”) talleres de artesanías, pero también importantes proyectos como los musicales ideados y realizados por los mismos jóvenes, que suelen llevar de gira por Europa. El Covid frenó estas giras y los jóvenes de la Comunidad Cenacolo durante dos años se han empeñado en un gran proyecto: un film sobre la vida de Jesús. Es un largometraje con todos los efectos, buenos diálogos, musicalizado y con importantes escenarios. Se está rodando en las colinas de Medjugorje por los mismos jóvenes de la Comunidad que tiene allí, dos casas, Campo de la Vida y Campo de la Alegría. El Papa fue homenajeado en el Auditorio con una larga escena centrada en la vida de San José, titulada: “No temas, José”, que por los diálogos y el concepto ha sido tomado de la Carta Apostólica del Papa “Patris Corde” y del libro “La Sombra del Padre” El director intervino al finalizar: “Este film es un milagro”.

Historias de resurrección

En seguida, algunos de los actores, con el vestuario puesto, dieron sus testimonios: Ariana, de 20 años habló de sus disturbios alimentarios y del miedo a ser adulta, hoy simplemente “está feliz”. Luca y Davide, “perdidos en la droga”, embotados con todo tipo de sustancias, lograron “estar de pie en los momentos más difíciles” gracias a la Comunidad, a pesar del pasado que a veces es un “taladro en el cerebro”. Luego, Daniel, nacido y crecido en una familia de la Comunidad Cenacolo expresó su deseo de “ser como San José, un hombre justo”. Luego, Caterina, croata, al principio no creía en la Virgen, pero poco a poco, descubrió una profunda relación con Ella. El papa también vio un video de Madre Elvira, la fundadora, hoy de 84 años, enferma y casi inmóvil en cama: “Su vida se ha consumido, hecho trizas, porque lo ha dado todo”, dijo Don Stefano Aragno, sacerdote de la Comunidad.

El aliento del Papa Francisco

Luego de escuchar estas historias de resurrección, de acompañamiento, de coraje y de redención, el Papa tomó la palabra y agradeció a la Comunidad Cenacolo alentando y animando el camino de estos jóvenes; “No tengan miedo de la realidad, de la verdad, de nuestras miserias. No tengan miedo porque a Jesús le gusta la realidad como es, no maquillada, al Señor no le gusta la gente que se maquilla el alma, que se maquilla el corazón”, dijo el pontífice. Luego los animó: Ayuden a muchos jóvenes que se encuentran en situaciones como las de ustedes. Tengan el coraje de decir: “Mira que hay un camino mejor.”

Una capilla construida con materiales reciclados

Papa  sito1Recorriendo esta casa grande, estructurada como un colegio,pero donde en cuanto se ingresa se respira un aire doméstico, entre el olor a buena cocina y la gente sentada conversando en los sillones o las mesas. Papa Francisco se detuvo en la Capilla dedicada al Buen Samaritano para hacer una bendición y concluir el Año de San José. Un gesto simbólico en un lugar aún más simbólico: la Capilla, en madera y mármol blanco, en efecto fue construida por los jóvenes, “con su creatividad y sus manos”. Recogieron de los basureros de los alrededores, pedazos de travertino, vigas de roble y otros materiales descartados. “Es el ejemplo concreto de lo que hacemos aquí: tomamos los descartados para realizar obras maravillosas”, dice Don Stefano. “Estos jóvenes, si bien antes en la vida del mal dieron lo peor de sí mismos, ahora, en la vida del bien redescubren el amor de Dios.”

La oración de conclusión del Año de San José

Francisco bendijo la Capilla y rezó junto a todos los presentes, a quienes quiso saludar uno por uno. Y a cada uno entregó una estampita para rezar juntos al esposo de María, la oración de la última pagina de “Patris Corde”.

“Salve, custodio del Redentor y Esposo de la Virgen María
 A ti Dios te encomendó a Su Hijo: en ti María pone su confianza
 Contigo Cristo se hizo hombre.
 Oh Beato José, muéstrate padre para nosotros y guíanos en el camino de la vida.
 Danos gracia, misericordia y coraje, defiéndenos de todo mal.
                                                  Amén”


(Salvatore Cernuzio - Città del Vaticano)