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Mercedes, Argentina,
29 de agosto 2021

“Hola a todos, quiero compartir las emociones que viví en nuestra Fiesta de la Vida como responsable de la casa. Especialmente la celebración de los sacramentos del Bautismo, Comunión y Confirmación de los chicos y la presencia del Obispo, Monseñor Jorge Eduardo Scheinig. La homilía del Obispo me llegó mucho porque hizo referencia concreta a nuestras vidas.

Dijo que el mal muchas veces nos muestra cosas lindas, que nos parecen bien, pero que son engaños, y también cómo Satanás quiere entrar en nuestra vida con muchas cosas que parecen lindas y buenas pero que no resultan así. Muchas veces pasa que las personas nos proponen de una manera algo que parece perfecto, con auto, amistades y muchos objetos materiales, lindas, pero con un corazón sucio. Hasta la amistad, pero con corazón sucio: muchas veces se hacen acciones buenas pero por interés y no porque sale del corazón. Me llegó mucho.

Fue muy importante la presencia del Obispo porque muchos chicos pudieron recibir el sacramento del Bautismo y ser hijos de Dios para toda la vida, fue hermoso para la Comunidad, y en especial para la casa de Mercedes. Monseñor estaba contento de compartir con nuestra Comunidad y creo que nuestros jóvenes ganaron su corazón.

También quiero compartir otra cosa fuerte que viví en esta fiesta y fueron los amigos, muchos amigos nuevos. Después de un período de pandemia en el que no pudimos hacer ni encuentros, ni momentos de oración, por fin disfrutar un encuentro más grande, el tiempo ayudó porque fue un día espléndido de sol y pudimos estar afuera, siguiendo el protocolo.Fue lindo estar con los amigos, sentir esa presencia de los amigos con corazón limpio –como dijo el Obispo- muchos amigos, muy emocionados con ganas de ayudar a la casa, a los jóvenes y a la Comunidad.

En la Comunidad aprendí que la amistad con los amigos parte de la oración no del interés material. Nosotros como Comunidad, como jóvenes que han sufrido, podemos transmitir ese mensaje a los padres: que se pueden hacer cosas buenas después de tanto mal, que se puede cambiar, convertirse, vivir esta resurrección de la que siempre habla Madre Elvira.
Nosotros somos chicos resucitados, que después de vivir mucho mal, podemos testimoniar que el bien existe, que Dios nos saca del mal para poder vivir el bien. Yo soy un chico “milagreado”, antes nunca había podido darme cuenta de estas cosas y ayudar a muchos jóvenes con necesidades parecidas a las mías. Querer bien a muchas personas sin recibir nada a cambio.

Hoy puedo compartir con todos ustedes que también hay muchos chicos jóvenes en la fraternidad de Mercedes, siguen ingresando jóvenes con muchas heridas y que han recibido poco afecto en su vida.
Gracias a Dios, a los amigos, al Obispo, Mons. Jorge Eduardo, a los sacerdotes que nos acompañaron, a los padres, a todos nuestros hermanos de Pilar y de Villa Rosa que nos ayudaron en todos los detalles, a nuestros queridos chicos de Mercedes que trabajaron día y noche para que podamos vivir esta jornada de oración y amistad”

Ángelo y toda la fraternidad “Divina Providencia”

9 AÑOS EN MERCEDES - SALUDO DE PADRE STEFANO
Queridos todos, chicos, familias, sacerdotes, Obispo, reunidos en Mercedes,
Gracias por su oración y su agradecimiento al Señor por este día de Fiesta en que el Señor nos ha llevado al lugar donde la Comunidad vive en Mercedes.
Damos gracias a la Divina Providencia porque nos ha permitido transformar este lugar que estaba destruido y perdido en un lugar de vida verdadera, donde el Señor vive con nosotros y su Misericordia levanta a las personas, de la muerte a una vida nueva.
Gracias a Señor y al Espíritu de Dios porque hoy, en la Misa que celebró el Obispo, -a quien agradecemos por estar con ustedes celebrando este momento de Fiesta- damos gracias al Espíritu Santo por el don del Bautismo y de la Confirmación que un grupo ha recibido. Los Sacramentos son un don muy grande del amor de Dios. Podemos percibir el amor de Dios vivo en nuestra vida. El Espíritu de Dios sigue llevándonos de las tinieblas a la Luz.
Gracias chicos por su sí a la vida de cada día. Cada día es una lucha por la vida, una lucha para renovar nuestro corazón para decirle que no al mal y a sus tentaciones, a la droga y a todas las cosas que el mal usó para destruir nuestra vida. Y es una lucha para decir si al amor, a la verdad, a la misericordia, a mirarnos con la mirada de Dios.
Queridos todos, gracias. Hoy por la mañana, aquí en Italia, hemos rezado y celebrado la Misa por ustedes y por Madre Elvira ofreciendo sus vidas al Señor. Celebrar la fiesta de la casa no es celebrar la fiesta de un lugar, es celebrar la fiesta de las vidas que viven en ese lugar.
La vida de cada uno de nosotros, la vida del hombre, es la fiesta de Dios, es la fiesta de todos nosotros. Sigan alabando y dando gracias al Señor por el don de la vida.
Nuestra Madre Elvira tiene un amor grande a la vida; en este tiempo de su vida, en que lleva una cruz bien pesada, cada día cuando abre sus ojos, sonríe. La primera palabra de cada día es una sonrisa a la vida.
A nuestra Madre Dios le ha dado un amor grande a la vida, Dios la ha llamado y la envió a gente que no quería vivir, que no amaba la vida. Su amor a la vida nos ha llevado a amar nuevamente a la vida: la nuestra y después, la vida de los hermanos que Dios nos pone cada día. Cada vez podemos amar más la vida, ese don que habíamos perdido por años y años, hoy es fiesta porque volvimos a la casa del padre. Estamos encontrando el tesoro perdido, la perla preciosa que cayó en la basura, Dios la recogió y la está limpiando para que vuelva a brillar.
Queridos chicos, fuerza, seguimos, para festejar el próximo año 10 años de Mercedes, de la Misericordia de Dios, de la Divina Providencia, de tantos amigos que nos acompañan y son el rostro de Dios para nosotros.
Gracias al Obispo que llegó, gracias a los sacerdotes que nos acompañan espiritualmente, por esta Providencia espiritual, Providencia divina. Necesitamos la comida de cada día pero más necesitamos cada día la misericordia de Dios. Es el pan que baja del cielo el que nos está dando una vida nueva.
¡Que Dios los bendiga! ¡Que la Virgen Santa, la Virgen de Luján los lleve cada vez más cerca del corazón de Dios!
Estamos unidos a Ustedes, abrazo grande a cada uno, especial a los chicos de la fraternidad de Mercedes.
No tengan miedo, son amados por Dios, por la Virgen María, por Madre Elvira, ustedes tienen un lugar especial en el corazón de la Madre y todos los días rezamos por cada uno para que en esta lucha pueda ganar la vida. Podemos vivir y con nuestra vida testimoniar la vida de Dios y su amor por nosotros.
¡Gracias! ¡Los queremos mucho! ¡Les enviamos un gran abrazo de todas las casas de la Comunidad Cenacolo en el mundo!
“Non temere di prendere con te Maria!”
“Non temere, Maria c’é “
“Non temere siete amati”
¡¡Siempre unidos en la oración y en el amor. Mucha fuerza!!
¡Viva la Comunidad de Mercedes! ¡Viva la Divina Providencia!
Gracias, gracias, gracias  que nos acompañan y son el rostro de Dios para nosotros. 
Gracias al Obispo que llegó, gracias a los sacerdotes que nos acompañan espiritualmente, por esta Providencia espiritual, Providencia divina. Necesitamos la comida de cada día pero más necesitamos cada día la misericordia de Dios. Es el pan que baja del cielo el que nos está dando una vida nueva.
¡Que Dios los bendiga! ¡Que la Virgen Santa, la Virgen de Luján los lleve cada vez más cerca del corazón de Dios!
Estamos unidos a Ustedes, abrazo grande a cada uno, especial a los chicos de la fraternidad de Mercedes.
No tengan miedo, son amados por Dios, por la Virgen María, por Madre Elvira, ustedes tienen un lugar especial en el corazón de la Madre y todos los días rezamos por cada uno para que en esta lucha pueda ganar la vida. Podemos vivir y con nuestra vida testimoniar la vida de Dios y su amor por nosotros.
¡Gracias! ¡Los queremos mucho! ¡Les enviamos un gran abrazo de todas las casas de la Comunidad Cenacolo en el mundo!
“Non temere di prendere con te Maria!”
“Non temere, Maria c’é “
“Non temere siete amati”
¡¡Siempre unidos en la oración y en el amor. Mucha fuerza!!
¡Viva la Comunidad de Mercedes! ¡Viva la Divina Providencia!
Gracias, gracias, gracias

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