14 DE JUNIO SOLEMNIDAD DE CUERPO DE CRISTO

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                                                                 La Eucaristía, corazón del mundo

                                             Del Corazón de Madre Elvira...

 

"El Papa nos recuerda que la Iglesia nace de la Eucaristía, de ella vive y se alimenta, invitándonos a todos nosotros, los creyentes a realizar la experiencia de que también nuestra vida puede renacer frente a la Eucaristía. Este pensamiento del Santo Padre nuevamente me alegra el corazón porque es lo que como mujer y como consagrada experimento en mi historia todos los días y que con coraje propongo a los jóvenes desesperados que golpean a las puertas de nuestras fraternidades en todo el mundo.

Cuando arriban a la Comunidad me dicen: “Hermana, yo no creo, no entiendo.” Y yo les digo: “Te recibimos gratis, no te preguntamos nada, pero osamos pedirte confianza.

CORPUS  ado1 No puedes entender con la cabeza por qué te tienes que arrodillar frente a un pequeño pedazo de pan, pero puedes sentir, si obedeces confiadamente, lo que sucede dentro tuyo: ¡Tu corazón cambia y lo verás!” Luego de uno, dos, tres meses, los encuentro con los ojos más vivos, con la sonrisa en los labios y les pregunto: “¿Te sientes como al principio?” y ellos me contestan: “¡No, me siento cambiado!” La Eucaristía no se entiende con la cabeza, pero su eficacia se puede experimentar concretamente, y eso es lo que desde hace muchos años veo con mis ojos, toco con mis manos: los jóvenes que tienen el coraje de arrodillarse con la verdad ante la potencia del Pan vivo que Jesús nos dejó para alimentarnos de Él, reviven, cambian sus corazones, abrazan su propia historia, se transforman en hombres nuevos, su rostro se ilumina.

Sí, frente al calor y a la luz del sol de la Eucaristía, la vida vuelve a tomar color y sabor.

Es por esto que en cada una de nuestras casas, el primer huésped es Jesús. ¡No se recibe bien al hombre si primero no se lo recibe a ÉL!CORPUS  ado6

¡La terapia que le proporcionamos a los jóvenes es: arrodillarse con confianza frente a la Eucaristía para que Él pueda levantar nuestra vida y hacernos caminar! Esta experiencia yo también la viví muchas veces, y mi vida se levantó cuando el mal, la tristeza, el pecado, la cobardía la aplastaban y la hacían fracasar.

Si supiera que existe alguna otra solución a la desesperación, a la soledad, al vacío que los jóvenes de hoy tienen en el corazón, por la honestidad y el amor que siento hacia ellos, daría todo para “comprar” esa solución: pero lo que les propongo es lo que me salvó a mí, lo que me devolvió la dignidad, la fuerza, el coraje, la constancia, la alegría, el entusiasmo al corazón. Allí, delante de Jesús, muchas veces vuelvo a nacer y sigo viendo renacer a los jóvenes y a las familias que tienen el coraje de volver a empezar de nuevo desde Él.

También yo, unida a todos los jóvenes de nuestras casas, junto al Santo Padre, quiero gritarles, anunciarles, testimoniarles, que la Eucaristía es . . .”el tesoro de la Iglesia, el corazón del mundo la meta que todo hombre, aunque sea inconscientemente, anhela”. Quiero invitar a todos los que hoy tienen dificultad consigo mismo, en la familia, en la parroquia: ¡volvamos a la Eucaristía! Vale más una hora vivida con el corazón frente a Jesús que todas las terapias psicológicas del mundo. Su luz que entra en nosotros, mientras nos muestra las heridas, las sana, para que cada uno pueda conocer su propio rostro y amarse.

Tenemos más necesidad del abrazo de Jesús que del aire que respiramos, por eso Él se quedó con nosotros.

¡Él, que entró en nuestra historia humana frágil, pobre y débil, sabe que necesitamos un Salvador, un Amigo, el único Pan que nos sacia, alimenta y da la paz a nuestra vida!"