¡Gran Fiesta en Bahía! |
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Bahía, “Fraternidad Nuestra Señora Auxiliadora”
17 . 02 . 2019
El evento más significativo que se vivió últimamente en la Comunidad de Bahía, “Nuestra Señora Auxiliadora”, fue la celebración de los Sacramentos de Bautismo, Primera Comunión y Confirmación. En este período, muchos de nuestros niños son enviados de regreso con sus familias o parientes cercanos, por eso deseábamos más profundamente para todos ellos que recibieran los Sacramentos.
Ocho niños, de cuatro a 12 años estudiaron la catequesis y esperaron pacientemente el día en el que el Obispo, Monseñor Don Paulo Romeo, los hiciera hijos de Dios y miembros de la Iglesia, limpios del pecado original, derramando sobre ellos el agua bendita. Siete niños pudieron recibir y mantener en su corazón a Jesús Eucaristía: ¡con mucha seriedad le hablaban a Jesús, en silencio, después de haberlo recibido!
Muchos niños -21- entre chicas y varones recibieron la Confirmación, el sacramento de la decisión, entre ellos también la tía Jana y tío Jorge, que llegaron a Bahía como misioneros; también Ana Paula, Edna, Amandinha y Felipe, quienes crecieron aquí. El mismo Obispo expresó su emoción y su alegría al ver tantas personas, que con mucha alegría en el corazón se prepararon para recibir los Sacramentos.
Las clases de catequesis, dictadas por sor María y sor Rita, concluyeron con un retiro, en silencio, en el parque, a la sombra de la naturaleza. El Padre Alex, que tendría que haber guiado este momento de catequesis, no pudo venir afectado por un serio malestar, pero la Providencia fue generosa con él y consiguió alguien que lo sustituya a último momento. Con la ayuda de Nuestra Señora Auxiliadora, luego de varias llamadas, el Padre Joao de Catu, pudo venir a confesar a todos y además vino acompañado por otro sacerdote que celebró la Santa Misa.
Otro imprevisto que podría haber obstaculizado la participación en la Celebración del domingo de algunos niños era el regreso a la familia muy lejana de nuestra misión, pero gracias a Dios, los muchos kilómetros no les quitaron la alegría y las ganas de renacer como hijos de Dios al recibir los Sacramentos. Agradecemos al Espíritu Santo que acomoda todo, eliminando lo que puede opacar la Luz de Dios: gracias porque nos hace más fuertes en la confianza y en el abandono a la Gracia.
El domingo fue un día lleno de sorpresas y pleno de alegría. Nos levantamos todos temprano para los últimos preparativos: adornar el comedor, preparar la pizza, el café, etc. todo hecho con unidad y armonía fruto de la alegría profunda que viene de Dios. Todo era guiado por las manos expertas y laboriosas de María, anticipando cada paso nuestro iba resolviendo todo.
A las diez, todos bien vestidos y planchados, bajamos a la gran capilla decorada para la ocasión con flores y láminas que se referían a los Dones del Espíritu Santo y a la Institución de la Eucaristía. La capilla estaba llena, vecinos de la casa y amigos de la fraternidad, entre los que estaba el Juez de Pojuca, Dr. Sandraque y la Jueza de Catú, Dra. Débora, con sus respectivas fuerzas del orden trajeron alegría y amistad a la Comunidad. No falto una torta grande y los recuerdos para todos: una pequeña botellita de agua bendita y una decena del Rosario, distribuidos por el pequeño Leandro.
Toda la celebración estuvo acompañada por un súper-coro, que después de muchos ensayos dio lo mejor de sí. El sonido de la flauta de Katerina otorgó un toque especial en la Consagración.
Se respiraba una gran emoción al ver a los 36 sentados en los bancos: desde los más pequeños, todos vestidos de blanco, hasta los mayores con su mejor ropa. En la homilía el Obispo recordó la belleza de la vida y que tenemos el deber de cuidar la dimensión física y espiritual porque todos necesitamos relacionarnos con Dios. En la vida hay valores y desvalores, nos tenemos que preguntar cuáles queremos elegir. Está el que sigue el dinero, quien el poder, quién la belleza física, pero todo se desvanece. Siempre estamos frente a decisiones que no podemos resolver solos sino consultando con Dios.
Luego de las oraciones hechas por algunos de los que se confirmaban llego el momento más importante de los sacramentos: el Obispo invocó al Espíritu Santo y después de la unción con el Crisma derramó el agua sobre la cabeza de los niños, liberándolos del pecado original y haciéndolos hijos de Dios. Después los adolescentes pasaron acompañados por sus padrinos y madrinas y recibieron la unción del Espíritu Santo que los hizo fuertes testigos de Cristo en la sociedad.
Cada uno prendió una vela como símbolo de la Luz de Cristo: por un momento se iluminaron todos sus rostros reflejando una profunda alegría. Después de la bendición del Obispo nos reunimos todos para la foto.
Rápidamente fuimos al comedor que parecía un gran salón de fiestas: las mesas decoradas con manteles blancos y azules, muchos globos y las láminas con los Dones y Frutos del Espíritu Santo. El almuerzo fue una rica pizza seguida por la torta en medio de una amable conversación.
Todos estaban de acuerdo en que había mucha paz en nuestros corazones, también nuestros vecinos evidenciaron el gran don de poder vivir y crecer en una Comunidad de servicio y de amor gratuito que nos hace más sencillos, contentos y luminosos.
El día terminó con la oración del Santo Rosario para agradecer a María que ha guiado todo con su Amor de Madre; también tuvimos un recuerdo especial por nuestra Madre Elvira que al decir su “Sí” permitió que el Espíritu Santo cumpliera obras maravillosas!!
Un abrazo y un saludo de la familia bahiana del Cenacolo