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Pilar, 8- 9 de diciembre 2018

Queridos hermanos, hermanas y amigos de la familia cenacolina, queremos compartir con ustedes un poco de la alegría vivida en estos días en que nos reunimos para fastejar y dar gracias a Dios por los 13 años de presencia de la Comunidad Cenacolo en Argentina!

Este año el lema que nos guió en la reflexión y la oración fue: “Ve y haz tú lo mismo” (Lc 10,37), la parábola del Buen Samaritano.
Padre Massimo, la familia misionera de Isaac y Lucía y algunos hermanos de las fraternidades de Brasil, llegaron unos días antes para compartir juntos los momentos previos a la fiesta y para ayudarnos con los últimos detalles y preparativos. También llegaron antes las “fantásticas” mamás, que como todos los años preparan la comida y las bebidas para vender en la fiesta. También vino el Padre José María de Colombia y algunas familias de jóvenes que están en la Comunidad (México, Colombia, Perú) ¡Ya se respira un aire de familia grande como el mundo!

La fiesta comenzó el sábado 8 de diciembre: temprano a la mañana llegaron los jóvenes de las otras fraternidades, Catamarca, Villa Rosa y Mercedes, se distribuyeron las responsabilidades y servicios y nos preparamos para recibir a los amigos y a los padres, que ya empezaban a llegar.

Para calentar los músculos abrimos con cantos, bailes y gestos, luego rezamos el rosario para calentar el corazón. En efecto, Padre Massimo nos habla de los buenos momentos vividos con Madre Elvira llevándonos al corazón de la Comunidad y nos comparte un poco de su experiencia comunitaria sobre la relación entre padres-hijos y los pasos de madurar para lograrlo.

Para el almuerzo saboreamos una inolvidable parrilla, preparada por algunos amigos y ex de la Comunidad, además de las riquísimas empanadas criollas de las mamás. Fue el momento de compartida entre los jóvenes y sus familias y también para conocernos más entre nosotros, estrechando amistad entre los grupos de distintos países, compartiendo el desarrollo de la Comunidad en Sudamérica y la alegría de ser todos parte de este camino de resurrección que nos sorprende cada día.

La tarde comienza con la Coronilla de la Divina Misericordia y sigue con la Adoración Eucarística; el Padre Massimo pasa en procesión con el Santísimo, bendiciendo a la gente. Fue un momento emotivo en el que los jóvenes abrazados a sus familias experimentan momentos de reconciliación, verdad y sanación de las heridas. Se siente fuerte la presencia de Jesús, que pasa sanando y emocionando los corazones.

Luego, las familias misioneras de Isaac y Lucía y Valentina y Andrea compartieron un testimonio de su experiencia comunitaria en las misiones. Después de algunos minutos de pausa, Padre Massimo y Padre Diego celebraron la santa Misa con Padre Massimo; en la homilía nos hizo reflexionar acerca de que en nuestro camino debemos responder con un corazón libre la llamada del Señor, siguiendo el ejemplo de María que nunca dudó en el “aquí estoy” al diseño de Dios. Solo abriendo nuestros corazones se podrán abrir nuevas casas, como la tan esperada de Colombia y dar una nueva oportunidad de vida a muchos otros jóvenes perdidos en las tinieblas.

Después de la cena fue el recital “El Buen Samaritano”, inspirado en la famosa parábola del Evangelio. Elegimos este pasaje pensando en cómo, hace muchos años, la frase “ve y haz tú lo mismo” tocó el corazón de Madre Elvira y la llevó a dar su vida por nosotros. En este hombre que deja Jerusalén por Jericó y cae en manos de los bandidos, hemos vuelto a ver la vida de cada uno de nosotros. A pesar de algunos problemas técnicos, el Espíritu Santo intervino y todo salió todo lisito, ayudándonos a tocar el corazón de las familias y amigos

El domingo 9 a la mañana comenzamos con el Santo Rosario, luego escuchamos los testimonios de mamá Carolina y mamá Cristina quienes compartieron la experiencia del antes y el después de la Comunidad, que hoy las ha llevado a vivir el servicio en los coloquios como una oportunidad de restituir la gracia recibida en sus familias.

A la tarde, la Santa Misa fue celebrada por el sacerdote colombiano Padre José María que nos invitó a rezar por la apertura de la casa en Colombia y a donarnos con el lema de este año: “Ve y haz tú lo mismo”.
Con una última serie de gestos, termina la Fiesta de este año, saludamos a las familias, a los amigos y a los transferidos que se dirigen a un largo viaje de regreso. Alguna lágrima, pero de alegría y mucha más esperanza para el futuro.

Gracias Señor Jesús por los milagros realizados en nuestros corazones en estos 13 años en Argentina.

¡Gracias Madre Elvira por tu “SÍ”!

TESTIMONIO DE TOMMASO

Mi primera Fiesta de la Vida me hizo vivir una realidad que no esperaba. Estamos lejos de la Casa Madre pero he vivido la fiesta que deseaba. Me siento bien cuando hay que correr e incomodarse en estos días, estando al servicio de los huéspedes o de las mamás, me sentí parte de la familia y útil. En estos días me tocó el testimonio fuerte de las madres y la fuerte necesidad de abrir una fraternidad en Colombia. Las mamás argentinas compartieron con transparencia el sufrimiento vivido con los hijos y cómo hoy ese calvario es un arca de experiencias para las nuevas familias que buscan ayuda. Al mismo tiempo es bello ver al padre colombiano José María que nos invita a rezar y estar abiertos a una nueva fraternidad en Colombia. Tiene interés y preocupación por las exigencias de su país, pero al mismo tiempo confianza en Dios y en los tiempos comunitarios. En estos últimos años en Argentina, después de Pilar, se abrieron 3 casas. Sin embargo, parece que la misericordia de Dios no tiene fin ya que dentro de pocos meses se abrirá la primera fraternidad para mujeres en Villa Rosa.
Gracias, Señor por los amigos de esta casa, pero especialmente por Tu voluntad en nuestras vidas. Gracias.

Tommaso

FIESTA DE LA VIDA ARGENTINA