PENTECOSTÉS EN LIBERIA |
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Misión Santa Josefina Bakhita, 2 junio 2018.
“Porque el Espíritu que Dios nos ha dado no es un espíritu de temor, sino de fortaleza, de amor y de sobriedad.” (2Tim 1,7)
Queridísima Madre Elvira y todos,
Les agradecemos por las oraciones con las que nos acompañan en este tiempo. Es un período marcado por la cruz de la enfermedad de algunos de nuestros niños, lo que nos hace contemplar más aún qué grande es el Amor de Dios que nos sostiene con su gracia.
“Santa Cruz de Dios, no nos abandones”, repetía tu querida mamá, Madre Elvira: cuánta sabiduría y cuánta fe encierra esta jaculatoria! Verdaderamente, la Cruz es Madre, y llevada con la oración, nos hace nacer a una vida nueva y nos hace hombres y mujeres más fuertes, más libres, verdaderamente resucitados.
El mes pasado internamos a Blessing, de 7 años, Christian, de 20 y Lucky (9). La internación en el hospital nos unió en las carreras, en los sacrificios y especialmente en la oración. Comenzamos a golpear al Corazón de Jesús más intensamente y nos arrodillamos con más fe y más ardor para pedir por su curación, y también el don de más confianza en Dios, más verdadera y profunda. En esto, los liberianos son verdaderos maestros y les agradecemos cada vez que nos enseñan la fe con sus gestos, sus oraciones, su amistad.
“Don’t worry: God is in control” No se preocupen, Dios tiene el control, Dios sabe, nos lo repiten con frecuencia y es una gran lección de vida para cada uno de nosotros. Junto a los niños fuimos muchas veces al hospital a visitar a “nuestros” enfermos y confrontarnos con el sufrimiento nos hace muy bien. Cada visita es la oportunidad para llevar una sonrisa, regalar un rosario, para intercambiar alguna frase, y especialmente para poner en oración a todos los enfermos y sus familias. También el día de Pentecostés, como los Apóstoles, salimos del Cenacolo para llevar a los enfermos la alegría y el abrazo de Jesús Resucitado.
A la mañana, durante la Santa Misa, nuestras hermanas (sor Anna Katarina, sor Doris, sor Brigita, sor Susan y sor Paola) renovaron su “sí” a Dios y a la Comunidad: fue una ceremonia sencilla y emotiva, los niños estaban muy atentos. Luego de un excelente almuerzo preparado por los misioneros, las tías y los tíos sorprendieron a las hermanas saliendo del comedor y entregándoles algunos regalos preparados con mucho amor. Las “sisters” para agradecer bailaron “Tu me has elegido”, fue un bellísimo momento de familia que continuó…en el Hospital. En efecto, por la tarde un buen grupo fuimos al “Hospital Católico” para hacer descender una cascada de Espíritu santo y su bendición sobre Blessing y Christian, que estaban internados, sobre la tía Sabrina, que los cuidaba, y sobre todos los niños y los adultos enfermos.
Agradecemos a los amigos, hemos apreciado que son un don precioso: muchas personas se acercaron, nos ayudan y gracias a ellos, sentimos que Dios está cercano con Su Amor y Su Providencia.
En este último tiempo también hemos hospedado en la Casa de Retiros muchos grupos de oración.
Gracias Madre Elvira porque nos enseñaste que la acogida bien hecha, con una sonrisa, con la casa limpia, con el servicio alegre, es un testimonio precioso y una manera de evangelizar. Gracias a los encuentros y los momentos de oración compartidos con las personas que vienen al santuario, estamos conociendo nuevas realidades, muchos sacerdotes, y nos estamos sintiendo más parte de la Iglesia local.
Les pedimos que sigan rezando por nosotros y por la salud de nuestros niños.
Los llevamos a todos al Santuario de Nuestra Madre María “Reina de la Paz” y le pedimos que nos siga protegiendo y bendiciendo.
Un fuerte, fuerte abrazo
Los queremos mucho We love you plenty Oh!
La Familia Liberiana.