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¡Pentecostés en Pilar! |
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CELEBRACIÓN DE PENTECOSTÉS EN LA ARGENTINA
Pilar, 20 de mayo 2018
Los jóvenes de las fraternidades cercanas a Pilar se reunieron para celebrar Pentecostés en la Fraternidad Nuestra Señora de Luján. También acompañaron algunos amigos y jóvenes familias misioneras con niños.
En un clima de alegría se hizo la Celebración Eucarística, presidida por el Padre Eduardo Perez dal Lago, quien estaba feliz porque hacía unos meses que no visitaba la fraternidad. Concelebraba la Misa, el Padre Diego, siempre amigo fiel de la Comunidad.
En la homilía, con mucha sencillez, el P. Eduardo explico cómo había sido la vida de los Apóstoles desde la Resurrección y como los había estado acompañando y enseñando durante 40 días hasta la Ascención, pero luego ellos tienen miedo y se encierran, pero la fuerza del Espíritu Santo que Jesús envía los despierta y los impulsa a ser evangelizadores. Nos hizo ver también la acción del Espíritu Santo en nuestra Comunidad, desde sus comienzos, tanto en Italia como en Argentina, invitándonos a pedirle siempre el Espíritu Santo para que con sus dones guíe nuestra vida.
“ […]La Iglesia pasa tiempos difíciles, tiempos de muerte, también en nuestra época, pero el Espíritu Santo le da la fuerza. Por ejemplo, estamos pasando la dificultad de la droga y qué hace el Espíritu Santo? Elige una mujer débil como Madre Elvira que no podría hacer algo grande por su propia fuerza y por su propia inteligencia, le da una vida y una fuerza nueva y ella hace el Cenáculo. Así sigue dando vida, resucitando los cuerpos. Hoy es un día muy importante. No solamente resucita el cuerpo de Jesús sino resucita toda la Iglesia. Resucitamos todos nosotros si nos dejamos transformar por la vida del Espíritu Santo. Estamos junto a María, a María de Luján pero estamos llenos de miedos, pereza, dificultades: estamos igual que los apóstoles. Lo único que tenemos que hacer es pedirle a Dios que nos renueve y abrirle el corazón a Dios. La Iglesia se sostiene solo por la obra del Espíritu Santo que todos los días vivifica este cuerpo muerto en el que nosotros estamos y hace nacer dentro nuestro buenos deseos, buenos sentimientos. Ahora pensemos en todas las personas que queremos, en sor Elvira, en nuestra patria, en el mundo, y pidamos el don del Espíritu Santo.”
Luego de la Santa Misa y de algunas canciones con gestos, nos convidaron una rica pasta casera y el clásico “tiramisú”, delicia para los argentinos.