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Retiro de los padres en Argentina |
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Pilar, 28 abril-1 de mayo
“La vida es un don de Dios” Madre Elvira
Vivimos tres días de gracia y profundo viaje interior los padres y amigos de todas las fraternidades vinculadas con Argentina: tanto los países hermanos Paraguay y Colombia, como las provincias argentinas Catamarca, San Luis, Chubut, Córdoba, Entre Ríos, Río Negro…En fin, la Sudamérica española.
Hace un tiempo que en Argentina está lloviendo y hay temporales; casi toda la zona está inundada, el día que comenzaba el retiro se caía el cielo bajo la lluvia, los rayos y truenos… sin embargo, ¡es muy poco para frenar la fuerza de la Comunidad Cenacolo! Y casi todos los padres pudieron llegar.
Rezamos el Santo Rosario en la capilla y Don Eugenio explicó a los padres que este retiro es principalmente para encontrarse con Dios, que estos días son para desprenderse del hijo, no estar tan pendientes, para que se encuentren con Dios en la verdad. Esto ayudará a los padres a tener una relación más libre con los hijos y confiar en el camino que nos propone.
Para poder caminar tenemos que aceptar y partir de nuestros fracasos, ahora que estamos encontrando, padres e hijos, el verdadero sentido de la vida que nos permite ser felices.
El Retiro no soluciona todos nuestros problemas pero ayuda: nos da más fuerza, más consuelo, Dios no nos abandona nunca.
Escuchamos las catequesis, compartimos con los otros padres, rezamos…y Dios pasa y nos hace ver las cosas. Todos necesitamos la conversión: hijos y padres. Dios nos pide un paso más, nos quiere decir algo, que regresemos a Él. Entonces los años de Comunidad son también para ti. Nuestra familia es una familia de simples, pero con ganas de caminar.
Todos los días tuvimos largas horas de Adoración Eucarística guiada por Padre Eugenio y Padre Diego. También pudimos ver el video de Madre Elvira para los 80 Elvira es…acompañado por el testimonio de Valentina, Andrea, Davide y Marco.
El último día fue el del tan esperado encuentro con los hijos, emociones y lágrimas, la gran alegría de encontrar otra mirada en el rostro de nuestros hijos, caras limpias, gestos amables. Ellos también encuentran otra mirada en los nuestros, más sincera, más alegre, más de fiesta.
En la Santa Misa nuestro querido Marco recibió la bendición. El camino de la fe es difícil, pero a medida que avanzamos y profundizamos discernimos con más claridad quiénes somos y cuáles son nuestros deseos más profundos.
La Comunidad Cenacolo es una Comunidad de amor a la vida ¡cuánto más tenemos que amar la vida! El carisma de Madre Elvira es ese amor a la vida, esas ganas de vivir, de servir la vida.
¡Gracias Madre, tú has escuchado a los jóvenes, así comprendiste qué importantes somos los padres en sus vidas y entonces nos incorporaste en el camino comunitario para sanar nuestras heridas y las de nuestras familias, para volver a tener alegría, cantar y bailar…en estos tiempos de enfermedad en tu vida siempre estás presente en nuestro corazón, mostrándonos que la verdadera juventud es la del espíritu!
Como explicar en palabras estos días de retiro con la Comunidad en la casa de Pilar. Gracias a Dios pudimos participar con mi esposo Daniel, ya no pensando y sintiendo exclusivamente en nuestro hijo, que ahora, después de casi 4 años, está en la misión en Bahia, Brasil, sino mirando en el interior de nuestro corazón todo lo recibido por obra del Espíritu Santo. Realmente fueron muy fuertes las palabras de P. Eugenio, que con mucho amor y caridad, como ráfagas de vientos nuevos nos iban sacudiendo y movilizando enseñándonos a Dios Padre con su inmensa misericordia. Aprendimos que no debemos estancarnos en nuestras vidas cómodas y vacías, que Madre Elvira con su ejemplo nos muestra que la Vida es fuerza, movimiento, darse al otro cada día con amor. Caerse y volverse a levantar. Que parar, es morir un poco, porque nuestro Padre del Cielo nos regaló esta Vida maravillosa para amarla y donarla permanentemente, para ser luz para otros. Me di cuenta cuánto sigo necesitando de nuestra Mamá del cielo, la Virgen María, que ella nos sostiene por el rezo del Santo Rosario, que aunque no nos guste, o parezca incómodo, o nos cueste encontrar el tiempo y el espacio, necesitamos rezar juntos en familia por nosotros y por nuestros hijos. Esto es lo que tiene de bueno esta Comunidad, no nos apaña, diciendo “pobrecitos padres de jóvenes adictos”, sino que nos marca los errores y nos ayuda a crecer con responsabilidad, para seguir adelante con una vida nueva, vuelta la mirada a Dios y con una sonrisa. Gracias a todas las personas geniales que viven regalando sonrisas, esperanzas y confiando siempre en Dios, en su providencia. A nuestra querida Madre Elvira que todavía sigue amando a nuestros jóvenes como madre y seguramente le sigue hablando a Dios de todos nosotros. Any –Comodoro Rivadavia TESTIMONIO de Any
TESTIMONIO DE Philippe
Philippe es mi nombre, soy de Paraguay, tengo 37 años. Hace un año y días que vivo en Comunidad. Agradezco a Dios y a la Virgen por haberme abrazado y brindado uno de los dones más grandes y preciados que uno puede desear: conocerme más a mí mismo. Otro gran don fue la visita de mis padres, para ello recé y confié de corazón, para recibirlos con tranquilidad, paciencia y pidiéndole a Dios que ponga en mi boca las palabras justas y así poder ser sincero con ellos, como la Comunidad propone de ser verdadero. Les pedí perdón por todo el daño causado, supe aceptar que me equivoqué en muchas cosas y en la manera como llevaba mi vida.
Gracias a Dios y a María me doy cuenta cuánto bien ya me hizo la Comunidad y cuánto camino me falta. También gracias a la oración y a la fe voy cambiando de vida, tratando de ser como dice la oración de San Felipe Neri: ‘sereno, simple y alegre.’ Philippe