Votos de los Hermanos Consagrados en Envie

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Envie, 1 enero 2018

Solemnidad de Santa María, Madre de Dios

María dijo entonces: “Yo  soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.” (Lc 1,38)

Luego de recibir el nuevo año con Adoración Eucarística y la Santa Misa, junto a muchísimos jóvenes, familias, padres, varones y chicas de la Comunidad, hoy nos volvimos a encontrar en Envíe para estar presentes en el “sí” de tres de nuestros hermanos a la llamada del Señor.

No es un ‘Sí’ banal ni superficial, es algo más: es en “Aquí estoy”, es decir Sí para recibir y abrazar los consejos evangélicos de pobreza, castidad, obediencia y servicio a los pobres para toda la vida según el carisma de la Comunidad Cenacolo.

El hermano Marco, el hermano Slaven y el hermano Hubert dijeron su “Aquí estoy” para siempre frente a una buena “tajada” “porción” de Comunidad compuesta por jóvenes, chicas, padres, hermanos consagrados y sacerdotes. Es un paso importante que tiene como meta el Diaconado (cercano para Marco) y después el sacerdocio. Todos juntos rezamos por ellos, para que puedan ser fieles a su llamada y entregarse totalmente a la Comunidad.

La Celebración Eucarística fue “rica” en sacerdotes, Don Stefano subrayó tres palabras tomadas de las lecturas: bendición, para que podamos serlo para el otro; plenitud, que solo puede dar el encuentro con Dios; presencia fiel de María y José pura custodiar la vida y con quienes se puede contar.

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El momento de la profesión fue emotivo; cada uno de los hermanos, al pronunciar su “sí” tenía firme entre las manos la cruz que Madre Elvira siempre lleva y que Padre Stefano trajo para la ocasión: fue la manera de vivir junto a ella este momento importante y para estar cerca de ella en su tiempo de cruz.

En fin, las felicitaciones y buenos deseos, los abrazos y las sonrisas dieron marco a esta jornada, que nos hizo regresar más ricos y más felices a cada fraternidad: a partir de hoy tenemos tres hermanos más, a partir de hoy Marco, Slaven y Hubert dedicarán sus vidas para siempre a todos nosotros de la Comunidad. ¡Gracias porque están! Gracias hermanos por el paso que han dado para nosotros.

¡Y gracias a ti, Madre Elvira! ¡Gracias, María! Porque a través de tantos “Aquí estoy” en la historia, nació nuestro Sí incondicional a Dios y a la Iglesia!

Los jóvenes de la Comunidad Cenacolo