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20 años de Misión en Brasil |
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Brasil, Mogi das Cruzes
Fraternidad Nuestra Señora de la Ternura
2 – 3 diciembre 2017
Con mucha alegría en el corazón compartimos con ustedes los días de fiesta por la celebración de los 20 años de la presencia de la Comunidad Cenacolo en Sudamérica, cuando se abrió la primera misión, “Nuestra Señora de la Ternura” en Mogi.
Rezamos una novena para vivir bien estos días, para dejar entrar a Dios en todas las tareas y agradecerle por todo lo que hace por nosotros. Nos levantamos a la noche e hicimos un momento de Adoración Eucarística. La oración nos permitió vivir los preparativos con mucha paz y unión. Pudimos ver cómo el bien que viviríamos se obstaculizaría de varias maneras, pero nada nos pudo quitar la paz.
La presencia de nuestros sacerdotes, Don Massimo y Don Eugenio, nos ayudó a rezar más, confesarnos y llegar a la fiesta con el corazón limpio. Fue muy bello ver cuántos vinieron a ayudarnos para los preparativos, más allá de los jóvenes de la fraternidad “Santa Teresita”, llegaron los jóvenes de Jau, tíos y tías de las misiones y muchos amigos disponibles para ayudar.
Experimentamos la bondad de Dios en la Providencia: todo lo necesario para hacer la fiesta, pero además en muchas manos y pies listos para servir y donarse con alegría! Además de nuestra oración, la fiesta estuvo acompañada por la oración del grupo de padres de Brasil, que hicieron dos días de Retiro durmiendo aquí en la Misión.
¡El domingo fue un día muy especial! Iniciamos rezando el Santo Rosario y luego la Santa Misa. Fue una celebración muy tocante. ¡Ver cuántas personas Dios ha tocado a través del “sí” de Madre Elvira y de haber abierto las Misiones fue maravilloso!
En la homilía, Padre Eugenio nos recordó que siempre Dios nos había guiado y cuánto tenemos para agradecerle por todos los milagros! Entre los muchos amigos y padres también estaban los jóvenes que habían pasado su infancia en esta Misión. En la Oración de los Fieles ellos agradecieron el bien que han recibido. Subrayaban el amor exigente que los preparó para elegir y luchar por el bien, agradecieron la posibilidad de haber podido ir a la escuela, pero desde lo profundo de sus corazones surgía un ‘gracias’ por la familia que encontraron aquí. Sus historias breves pero incisivas, hicieron caer lágrimas. ¡Qué bueno es Dios! ¡Cuántos milagros!
También las palabras de Giacomo (Presidente de la Asociación San Lorenzo en Brasil) fueron significativas. Recordó que Madre Elvira decía que ayudar a la Comunidad es sobre todo una posibilidad de hacer el bien y volverse más bueno; que el bien hay que hacerlo bien, hasta el fin!
Nuestros corazones estaban rebosantes de asombro y de gratitud por todo lo bello nacido en estos 20 años. Luego siguió un delicioso almuerzo que unió la cocina brasilera con la italiana preparado con amor por las amigas con la ayuda de algunos de nuestros jóvenes. ¡Se respiraba un clima de familia!
Por la tarde, los jóvenes habían preparado un recital para representar cómo Dios obra en nuestras vidas y nos lleva de las tinieblas a la luz! Contaba la historia de un joven perdido en el mal y de su hijo, quien por la droga de sus padres, llega a una de nuestras Misiones. Gracias a la oración del hijo, el padre entra en la Comunidad, y encontrando a Jesús y viviendo cotidianamente la oración, el sacrificio y la amistad, recupera su vida y regresa con su hijo! Como fondo se proyectaban imágenes que mostraban la vida comunitaria y la misionera.
El recital, los bailes, el video que acompañaba la escenografía dejaban percibir el cuidado y el mucho sacrificio de parte de los jóvenes.
Este día de fiesta concluyó con una oración y el ver que todos se daban la mano y agradecían a Dios y se agradecían recíprocamente como hermanos nos hizo terminar con una alegría más profunda!
¡¡Madre Elvira, te mandamos un fuerte abrazo, y a todos!!
¡Los queremos mucho!