PENTECOSTES PERUANA

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Villa Salvador, 8 junio 2017

“¡BUEN DÍA ESPÍRITU SANTO, BUEN DÍA VIDA MÍA, GRACIAS JESÚS
POR EL DON…DEL ESPÍRITU SANTO!”

Queridísimos,

Les queremos contar como vivimos nuestro Pentecostés aquí en el mejor lugar del mundo. El sábado, en la Vigilia de Pentecostés llegó directamente desde Costa Rica nuestro hermano Marco, luego de haber pasado unos días en Supe con Don Andrea.
Llegaron justo para la hora de las Primeras Vísperas y para compartir la vigilia de Pentecostés. Había buen clima, luego de la oración de las Primeras Vísperas, Don Andrea nos contó cómo habían vivido en Supe con los jóvenes y también en los coloquios y con los padres el sábado a la mañana. Les pedimos que sigan rezando para sostener a los jóvenes que entran y sus familias que los acompañan en los coloquios mensuales con tía Andrea y tío Hugo.
A las 20.00 comenzamos nuestra vigilia de oración, con el altar muy adornado con dibujos de los siete dones del Espíritu Santo. Don Andrea expuso el Santísimo en el Ostensorio grande que nos regaló nuestro Obispo, Monseñor Carlos.peru2
Se sentía fuerte la presencia del Espíritu en los cantos y las intenciones que nos iban preparando para Pentecostés y la renovación de los votos. Vivimos otro momento fuerte cuando Don Andrea tomo el Ostensorio y fuimos en procesión por las habitaciones donde dormían los niños y bendijo a cada uno de ellos con el Santísimo. Al final subimos al “techo”, Don Andrea apoyó el Santísimo en la baranda de la terraza desde donde se ve la inmensa Villa el Salvador y cantamos “Alma misionera”. Creo que cada uno de nosotros sintió que eran verdaderas y actuales las palabras de la canción y reforzó su “sí” a la misión.
Después, el don encomendó a Jesús esta tierra, el pueblo que vive aquí, especialmente a los pobres, finalizamos rezando el Padre Nuestro en castellano, italiano, portugués e inglés. Al finalizar, como buenos cenacolinos, hicimos una buena cena ¡con bromas, chistes y risas incluidas en el menú!

A las 7 de la mañana del domingo la casa ya estaba en ebullición, incluidos los niños, preparándonos para ir a Rayo de Luz. Movilizar toda la caravana es un buen trabajo pero también una bella aventura, y gracias a Dios la carreas con los niños no nos permiten pensar en nosotros mismos, ya que sus exigencias nos hacen amar, amar, amar y servir.
Apenas nos organizamos al llegar a Rayo de Luz y ya comenzó la Santa Misa a mediodía, preparada en la carpa. Las hermanas entramos en procesión con Don Andrea y el hermano Marco. Fue un momento muy emocionante y nos sentimos unidas a todas las otras hermanas Misioneras de la Resurrección con la mente y con el corazón, recordando cuántas veces habíamos vivido juntas este momento.
peru4Don Andrea en su breve homilía nos habló del miedo de los discípulos encerrados en el Cenacolo porque todavía no creían del todo, pero María estaba con ellos. “Si verdaderamente tenemos fe el miedo y la inseguridad desaparecen.”
Recordó muchos momentos de la belleza de reconfirmar la propia vocación, alguno en la familia, otros en la misión y nosotros en la llamada a seguirlo más de cerca en la vida consagrada.
“En cualquier vocación el Amor es para siempre y debemos sentir que nos pertenece, que es “nuestro”, que no podemos hacer otra cosa.”

Luego de la homilía dieron su testimonio sor María y Hermano Marco que compartieron cómo sintieron la llamada. Sor María dijo que desde pequeña sentía este fuego por Jesús pero que no pensaba hacerse monja, en cambio Jesús, a través de muchos signos, le hizo comprender que ese era su camino, especialmente cuando conoció a Madre Elvira y la Comunidad.
En un bello testimonio hermano Marco nos contó su encuentro con la Madre cuando él ya estaba en la Comunidad y que le dijo que desde que lo había visto, siempre había rezado a la Virgen por él diciendo: “Tú eres de María”, para él esta fue la confirmación de que el Señor lo estaba llamando.

Renovaron sus votos: sor Daniela, sor Anna, sor Antonietta, sor Aleksandra y hermano Marco renovaron los votos anules y sor María, sor Rita, sor Cristina, sor Marica y don Andrea renovaron la profesión perpetua. Fue un momento muy emocionante y se sentía fuerte la presencia del Espíritu y la potencia de la oración.
Después de la Santa Misa no podía faltar un gran almuerzo preparado por los tíos y tías de Rayo para alegría de todos nosotros. Después del almuerzo las hermanas bailaron una nueva canción en español al Espíritu Santo, coreografiada por sor Antonieta. Cada hermana representaba un don del Espíritu santo. A pesar de los pocos ensayos gracias a Dios saló muy bien el baile…¡el Espíritu estaba sobre nosotras!

A las 15 rezamos la Coronilla y luego hicimos Adoración con todos los niños de Villa Salvador y de Rayo de Luz, milagrosamente estuvieron en silencio, comprendieron que era un momento especial, algunos se durmieron tiernamente a los pies de Jesús.

A la noche regresamos a casa con el corazón agradecido y alegra por este día de Pentecostés tan bello.
Fue un gran don tener a Don Andrea, el hermano Marco, sor Rita y sor María con nosotros y era la primera vez que había un sacerdote de la Comunidad en Perú para Pentecostés, estamos muy agradecidos! Muchas gracias por sus oraciones, por sus vidas entregadas y por el amor y el cuidado que tienen con nuestra Madre Elvira, abrácenla por nosotros.
¡¡¡Los queremos mucho!!!

Las Hermanas Misioneras de la Resurrección peruanas…¡del mejor lugar del mundo!

 

 

 

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