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"El Hijo Pródigo" en la Patagonia... |
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La Comunidad en Argentina nos dio la posibilidad de hacer una nueva experiencia: la de salir a testimoniar con el Recital El Hijo Pródigo, en el Sur, en la Patagonia Argentina, más de 2000 kilómetros de casa.
Un mes antes ya habíamos comenzado a preparar una escenografía simple, con buen vestuario y con mucho entusiasmo comenzamos los ensayos…
Partimos el 12 de agosto, éramos 15 jóvenes acompañados por el Padre Diego, hacia Trelew y Comodoro Rivadavia, ciudades donde nos esperaban sendos grupos de amigos y de madres de la Comunidad.
A todos nos conmovió mucho ver con cuánta atención y amor nos recibieron, cuánto habían trabajado para organizar todo y hacer posible este viaje. Esto nos motivó más aún en esta pequeña misión.
El recital lo repetimos más de diez veces, en escuelas, teatros y parroquias. Las jornadas eran bien comunitarias, comenzábamos bien temprano a la mañana con el montaje, luego la actuación seguida de testimonios, algunos bailes con gestos y al finalizar se desmontaba todo a la carrera para ir a otra localidad.
Vivimos muchas emociones, especialmente cuando teníamos que hablar o actuar delante de mucha gente aprendiendo a superar las inseguridades, la timidez, lo que nos ayudó a ser cada día un poco más libres, con menos miedos. También nos ayudo mucho ver que tanta gente nos miraba con interés, nos escuchaba, nos preguntaba cosas y a veces participaban en los “gestos”. Nos daba fuerza y entusiasmo para superar los momentos de cansancio y recomenzar, como nos decía siempre el Padre Diego, que la gente que nos miraba era siempre distintas, nueva, y debíamos actuar y testimoniar como la primera vez para transmitir lo que es la Comunidad y dejar un poco de alegría y esperanza.
La representación del Hijo Pródigo siempre nos toca y cada vez nos sentíamos más identificados, o con el Padre o con el hijo o con el hermano mayor, y lo compartimos varias veces en los testimonios. Pero pienso que el mayor mensaje, en este Año de la Misericordia, es el abrazo misericordioso del Padre que siempre perdona , y que nosotros los jóvenes, las madres y los amigos hemos encontrado en la Comunidad. ¡Gracias a Dios por esta bella experiencia y por el don de Madre Elvira!
Ha sido un gran privilegio para mí haber podido participar de la obra “El Hijo Pródigo”. Al representar al Padre viví muchas emociones y sentimientos. Siendo un padre con preocupaciones e incertidumbres, me sentí como un hijo, como un pequeño hijo de Dios. Siendo Padre recordaba situaciones de mi vida como hijo, y pensé por momentos, en la vida de mis padres. Pensé también en mi vida como padre y en la vida de mis hijos…Pude comprender un poco más y aceptar ¡cuántas similitudes! Cuántas equivocaciones…pero también cuánto amor de Dios, cuánta misericordia y acción concreta del amor de Dios en mi vida que me da la posibilidad de restaurarla y reconstruirla. Fue una experiencia muy enriquecedora y agradezco mucho a la Comunidad por haber tenido la oportunidad de participar en este viaje y poder testimoniar o vivido.
Martín Sergio
Mi nombre es Gabriel, tengo 32 años, hace algunos que estoy en Comunidad. La experiencia que viví en el sur haciendo “El Hijo Pródigo” y testimoniando fue muy importante para mí. “El Hijo Pródigo” lo viví con mucha emoción, cada recital me recordaba muchas partes de mi vida, lo que sufrí y las malas elecciones que hice antes de entrar en la Comunidad, también me hacía pensar en lo que sufría mi familia. El recital me ayudó mucho a superar la timidez ya que me sentía muy nervioso cada vez que teníamos que representarlo. Algo que me llamó mucho la atención fue ver mucha gente que se emocionaba y lloraba. Siento que eso me ayudó a ponerle más ganas y darme cuenta lo importante que era el mensaje que estábamos testimoniando. Los diferentes testimonios en escuelas y parroquias me ayudaron a recordar muchos momentos de mi vida, cómo era antes de entrar en la Comunidad y cómo la vivo hoy, poder testimoniar la luz que encontré en la Comunidad y cómo me acerca cada día más a Dios.
Este viaje me hizo superar muchas dificultades que tenía con mi persona, ya que para mí era muy difícil hablar sobre mi vida. Poder abrirme y testimoniar ante muchos jóvenes fue algo muy lindo y por sobre todo dejar un mensaje de vida. ¡Gracias!
Gabriel
Mi nombre es Isaías, tengo 16 años, vengo de la provincia de San Luis. La experiencia de relizar “El Hijo Prodigo” fue muy llena de vida para mí. Comenzando antes del viaje por los ensayos con los chicos, cuántos momentos de amistad, seguro que no faltaban las discusiones y el querer abandonar todo, pero sin embargo había algo que siempre me motivaba.
Recuerdo cuando era joven de la casa y vi por primera vez el recital , me atrapó, tantas cosas fuertes que me llegaron y ahora poder hacerlo, lo viví con el corazón puesto en cada recital que hicimos en el sur. Me hizo pensar cuántas veces hice sufrir a mi familia, momentos feos que les hice pasar, buscando la libertad en el mundo del mal, buscando llenar el vacío con cosas equivocadas, que al final terminó peor, quedé más triste, solo, alejándome de mi familia. Me tocó representar escenas fuertes pero que antes las había vivido en mi vida. Fue una experiencia única para mí, me ayudó a superar mi timidez, los nervios, también a crecer como persona. Algo fuerte y especial que vivía en cada recital fue el abrazo con el Padre ycon el Hermano mayor. Me hacía pensar en el abrazo quele di a mi padre en una visita, sentí ese perdón y amor, un abrazo verdadero. Antes vivía con mucho rencor y odio pero con el tiempo en la Comunidad pude ir sanando y aprendiendo a perdonar. Lo mismo sentí en otra visita con mi madre y mis hermanos. Estoy feliz por haber vivido este don, porque me hacía sentir vivo, contento, sin vergüenza de bailar y hacer los gestos, de testimoniar. Al contarrio, me sentí bien haciéndolo. Este viaje me sano muchas heridas y también me motivó a seguir luchando en Comunidad en el camino de la fe. ¡Gracias!
Isaías.
EL HIJO PRODIGO EN ARGENTINA! |
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