Papá Lorenz y Mamá Theresia

 

 

famili maddiA través del problema con nuestro tercer hijo conocimos la Comunidad Cenacolo, la fuimos conociendo y haciendo nuestro el espíritu de la Comunidad. Recibimos el Espíritu de la Verdad que hizo la luz en nuestra familia, en nuestras relaciones y sobre todo entre nosotros como esposos. Luego de tres años, nuestra hija Magdalena decidió entrar en la Comunidad y allí descubrió heridas profundas que necesitaban un “médico” especial: Jesús. Su entrada en la Comunidad fue una gran Providencia, una Gracia para ella y para todos nosotros. El momento de verdadero cambio en nuestra familia, sobre todo de nuestro matrimonio fue hace dos años cuando hicimos una experiencia en la Comunidad. Nos dimos cuenta que nuestros problemas familiares dependían de la falta de relación en la pareja: pudimos restablecer el diálogo profundo entre nosotros que hoy nos hace afrontar juntos las dificultades de la vida especialmente colocamos en el centro la fe en Jesús buscando unidos la voluntad de Dios en las diversas situaciones. En el fondo todo el dolor vivido, hasta la desesperación, nuestra y de los hijos, fue un “Rayo de Luz”. Como nos dice Madre Elvira, nuestros hijos desesperados son un don para nosotros! Experimentamos que la dificultad abrió nuestro corazón a Jesús, a la fe en Él, al amor y al perdón entre nosotros. ¡Un verdadero milagro