"SIERVAS POR AMOR" |
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Retiro 2016
“Contemplando el amor de Dios seremos capaces de no escandalizarnos por el pecado del hermano y haremos lo mismo que hace Él con cada uno de nosotros todos los días: entender, comprender, perdonar los errores y las ofensas de nuestros hermanos. Nosotros vivimos en la escuela de esta Misericordia. Reconocer la propia condición es el primer paso para que la Misericordia descienda sobre nosotros.”
(Madre Elvira)
Saluzzo, 7-13 de marzo
Nuevamente entramos al retiro de las Siervas por Amor, en Saluzzo, junto a la Villa de la Paz.
Muchas chicas, llegadas aún de las casas más lejanas, llegaron para participar en este retiro anual: una oportunidad para poner distancia de los empeños de la fraternidad y en un clima de silencio y oración, mirarse mejor interiormente para encontrar el sentido y la dirección de nuestro estar en Comunidad, de nuestro amar y servir a los jóvenes que golpean a las puertas del Cenacolo.
El encuentro fue guiado por el Padre Stefano; con las catequesis y diversos momentos de oración, nos ayudó a “excavar” en profundidad. El lema del encuentro era: “Transformarse en mujeres misericordiosas”. Durante estos días revisamos nuestra historia, para abrazarla y para reconocer los momentos en que sobreabundó la gracia de Dios, donde nuestras miserias son tocadas por la Misericordia y se produce la sanación. Todos los días la Santa Misa era celebrada por nuestros sacerdotes, que en la homilía nos ayudaron a comprender la belleza de este camino de luz y la importancia de transformarnos en mujeres de misericordia.
El 8 de marzo festejamos el 60° aniversario de vida consagrada de Madre Elvira. Estaban con nosotras 6 religiosas que hicieron el noviciado con ella; por sus cuentos, la personalidad de nuestra Madre ya emergía, rica en amor, en riesgo, en sacrificio y en fuerza!
Otro momento importante lo vivimos el sábado cuando fuimos al Santuario de Nuestra Señora de la Guardia en Tortona y después al Valle de San Bartolomeo, el pueblo en que creció Madre Elvira. Allí visitamos la iglesia en la que Madre Elvira, frente a la imagen de la Virgen de Lourdes, sintió la primera llamada a dar todo al Señor. Agradecimos a la Virgen por este momento y por todo el bien que ese “sí” ha generado.
Regresamos a nuestras fraternidades con el corazón agradecido a Dios y a la Comunidad y con muchas ganas de caminar para ser mujeres más misericordiosas, como el Padre lo fue con nosotras.
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