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Comenzamos el viernes por la tarde con un encuentro de padres en la Parroquia de Sant Celoni, donde tuvimos una catequesis para prepararnos al encuentro con nuestros hijos. Para  muchos era la primera vez desde que éste entró en Comunidad. Carmen y Jesús nos animaron a asistir a los grupos de oración semanales y a los encuentros mensuales de padres, resaltando la importancia de hacer el camino junto a nuestros hijos. A continuación tuvimos adoración al Santísimo, rezo del Santo Rosario y se celebró la Santa Misa, día de la Inmaculada Concepción y algunos padres se consagraron al Corazón Inmaculado de María. Encomendamos en nuestras oraciones el encuentro y pedimos al Espíritu Santo su luz para saber transmitir y tratar a nuestros hijos. Finalizamos con la cena en familia de todos nosotros, dónde cada uno aportó comida para compartir y tuvimos la oportunidad de charlar entre nosotros y conocernos. El ambiente era de alegría, emoción y... nervios!!!

 

Por fín llegó el sábado. Para nosotros los padres era el momento crucial, ese abrazo esperado con nuestros hijos, ver cómo se encuentran, comprobar si ese "todo va bien mamá" que nos dicen por teléfono era una realidad. Y así fué... Se respiraba una inmensa paz, tranquilidad, felicidad, por parte de todos los que asistimos, pues nos acompañaron muchos amigos de la Comunidad. ¡Había familias que habían venido 16 miembros! Comenzamos la jornada con una catequesis, Carlos (amigo de la Comunidad) nos habló de fidelidad, coherencia y conversión personal, a continuación la Santa Misa.

 

Luego llegó el almuerzo, ya todos los padres tranquilos con sus hijos y sus familias. Momento de unión fraterna entre todos, charlábamos entre las familias y pudimos conocernos más entre todos. A continuación el Rosario caminando, dónde era bonito ver a los abuelos, padres, chicos y pequeños rezar al unísono, seguro que la Virgen disfrutó del momento. Para finalizar tuvimos los testimonios y adoración al Santísimo, dónde se sentía la presencia real de Dios y María con nosotros, la alegría y agradecimiento de aquella jornada a la que asistimos más de 200 personas.

 

Ya el domingo éramos menos, más íntimo y el ambiente quizás más agridulce, pues para nosotros los padres suponía una despedida. Por la mañana disfrutamos de más de una hora con los chicos para poder charlar con tranquilidad, sanar heridas, hablar del día a día... A continuación tuvimos la Santa Misa amenizada como siempre con las canciones de los chicos y por supuesto, los bailes siempre antes y después, que dan una alegría inmensa a todos los que participamos. El Señor se muestra a través de nuestros hijos dónde comprobamos los pasos que van dando, cómo es su vida a través de la fe, cómo cambian al pasar de las tinieblas a la luz.

 

A continuación el almuerzo, dónde un grupo de amigos de la Comunidad hicieron un plato típico de la zona, exquisito y sabroso. Todo resultó perfecto. Luego tuvimos el rezo del santo Rosario caminando y adoración al Santísimo para finalizar la jornada.